lunes, 23 de septiembre de 2013

DE CURUGUATY A LA HABANA

La vuelta de los golpes presidenciales en Paraguay, el proceso de paz abierto en Colombia, la apertura económica cubana, el Mercosur y su expansión geográfica. Cuatro hechos significativos para repasar las cumbres y los abismos de América latina durante el 2012.

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 Emiliano Guido


Cuando se escriban los manuales de historia política latinoamericana del siglo XXI, el año 2012 será, seguramente, una fecha clave para los especialistas. En lo institucional no hubo grandes cambios. No se modificó el rumbo ideológico de los países más trascendentes como Brasil, Venezuela y la Argentina e, incluso, el Partido Demócrata ratificó en elecciones la dirección política de los Estados Unidos, la potencia que más peso tiene en la región. Sólo la vuelta del PRI en México, más conservador que populista en su fase actual, puede ser una tenue excepción en este eje. Pero, en el presente calendario se han registrado noticias y hechos que pueden modificar a tiempos largos la estructura política del subcontinente. Por ejemplo, el proceso de paz abierto en Colombia –se inició, secretamente, en La Habana, en enero de 2012–, quizás, termine con el conflicto armado más viejo de América latina. Paralelamente, Cuba, el único gobierno comunista de la región, comenzó a ponerle un poco más de dinamismo a su apertura económica y a descongelar la política migratoria doméstica. Y, con lo que respecta a nuestro país, la Cuenca del Plata tuvo una temporada para nada anodina en lo informativo. Regresaron los golpes destituyentes –en junio del 2012 se consumó el juicio político al presidente paraguayo Fernando Lugo– pero, a su vez, el comando central del Mercosur –el eje Buenos Aires, Brasilia– fomentó la expansión geográfica del bloque y sumó a Venezuela y Bolivia como nuevos socios.
Cuba se mueve. El gobierno de Raúl Castro avanza con el proceso de cambios anunciado en el VI Congreso del Partido Comunista local. Claro, no se trata de un fuerte golpe de timón como el producido en la república soviética durante la perestroika. Traduciendo la coyuntura cubana en código político local, podría decirse que el comunismo caribeño está haciendo sintonía fina con su modelo político. Muchos analistas consideran que la economía de La Habana avanza hacia la experiencia mixta vietnamita. Pero, hasta el momento, son meras especulaciones. En ese sentido, el ascendente escritor cubano Leonardo Padura, autor del recomendable libro El hombre que amaba a los perros, acaba de escribir para la revista latinoamericana Nueva Sociedad un interesante artículo titulado “Eppur si mueve en Cuba” donde puntualiza que: “Entre las diversas transformaciones políticas ya emprendidas por el gobierno, quizás la más notable sea la revitalización y ampliación del trabajo por cuenta propia, o sea, el empleo individual o en pequeñas empresas al margen del Estado, aunque limitadas por éste para que no se conviertan en grandes generadoras de ganancias. Se trata, por lo general, de oficios simples (algunos de ellos decimonónicos: aguateros, reparadores de monturas o de paraguas) y algunos servicios, sobre todo gastronómicos”.
La guerra y la paz. Si 2012 fue el año en que Cuba decidió acelerar su apertura económica, la fecha apocalíptica de la cultura maya significó para Colombia la materialización del proceso de paz más importante de su historia reciente. Actualmente, la mesa de diálogo entre el presidente Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Farc se desarrolla en La Habana, donde están discutiendo el primer punto de una agenda bilateral prefijada en seis puntos clave. En conversación con Miradas al Sur, el cronista de Telesur Jorge Enrique Botero –uno de los periodistas que más veces ingresó a los campamentos de las Farc para entrevistar a sus comandantes–, asegura que: “Hay suficientes motivos para creer que esta vez sí va a ser posible llegar a un pacto de paz. Primero, hay que apuntar el pragmatismo con el que el gobierno de Santos ha abordado el tema. Más allá de lo ideológico o de las convicciones o de los cálculos militares, creo que en el dialogo con las Farc está influyendo la necesidad de que el modelo productivo actual tenga más fortaleza en el interior profundo del país”.
Golpe en Paraguay. En junio de este año, una noticia proveniente de Curuguaty, una comunidad rural paraguaya, conmovió a todas las redacciones informativas del Cono Sur. Al parecer, un grupo de campesinos había acribillado a sangre fría a seis agentes policiales con la misma pericia profesional que puede desplegar un grupo de elite del Pentágono o los milicianos más preparados de la red Al Qaeda. Ese hecho luego se conoció como la masacre de Curuguaty, ya que en el enfrentamiento fallecieron 11 labriegos; y, además, fue la punta de lanza con la que la oposición parlamentaria pidió la cabeza del presidente Fernando Lugo en un juicio político tan express como desprolijo. Igualmente, el pueblo guaraní continúa denunciando esa burda maniobra política. En ese sentido, La revista Otra América incluyó a la sociedad civil de Paraguay entre Los diez sujetos colectivos más importantes del 2012 en Latinoamérica y justificó su decisión con estos conceptos: “Los pueblos siempre son más valientes que sus políticos. Y, quizás, por eso, en Paraguay es la sociedad civil la que ha plantado cara todo el año al golpe de Estado parlamentario que sacó del poder a Fernando Lugo el 22 de junio de este 2012. Las manifestaciones, denuncias y reivindicaciones en la calle son constantes aunque los grandes medios invisibilicen a Paraguay y se empeñen en convertir al país en una finca brasileña”.
Más Mercosur. Pero, si de golpes se trata, los países del bloque regional consumaron este año una contraofensiva política de grandes magnitudes. Hasta el momento, Asunción ha perdido la membrecía mercosureana por contar con un gobierno ilegítimo. Igualmente, la familia del proceso de integración se agrandó con la incorporación de Venezuela como socio pleno y la futura adhesión de Bolivia y Ecuador a la Unión Aduanera de la Cuenca del Plata. El dato geopolítico no es menor ya que el ingreso de Caracas, La Paz y Quito al bloque Mercosur implica un salto cualitativo enorme en el patrimonio energético común.
Golpes blandos, mesas de paz y mayor sintonía económica. La trama latinoamericana del 2012 ha tenido los relieves imprevisibles de una montaña rusa. Pero, teniendo en cuenta los bemoles del tablero regional, no hay que esperar una meseta informativa para el año próximo. Como suele decirse, habrá más noticias para este boletín.

Fuente: Miradas al Sur.

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