jueves, 16 de agosto de 2012

LAS NUEVAS MIRADAS SOBRE LOS CHICOS

Derecho a la educación. La educación es un derecho a lo largo de toda la vida, sin embargo los primeros años son imposibles de recuperar. Debemos constituirnos en garantes del cumplimiento de ese derecho de los niños y niñas como apuesta a futuro.

Por: Mónica Fernández Pais

Si bien el discurso de Cristina fue conmovedor hace un tiempo en el Chaco, la homilía del cardenal Fabriciano Sigampa también llamó nuestra atención. No me refiero a los halagos sobre las medidas de una gestión de gobierno; me refiero a la confesión del sacerdote sobre su encuentro con un niño de dos años que vitoreaba su edad mientras daba una lección de vida, poniendo en evidencia su condición de sujeto que puede y tiene que ser educado desde tan pequeño.
Contaba el cardenal Sigampa: "Hace pocos días en uno de los barrios más pobres de nuestra ciudad celebraba la misa. Antes de finalizar me aparece un niño, chiquitito, rubiecito. Vino con la mamadera en la mano cuando yo estaba sentado esperando el momento para rezar la oración final de esa eucaristía. Viene el chico después de dar unas vueltas y se mete delante de mí, mirando para el lado de la gente, a pesar de que nunca me había visto. Entonces tocándolo le pregunto: '¿cómo te llamas?' 'Antonio', me respondió. '¿Y cuántos años tienes, Antonito?' 'Dos.' '¿Y qué estás haciendo ahora?' 'Estoy tomando la mamadera' -me contestó-. A pesar de que era para él un extraño me contestó las tres preguntas que le había hecho. Y me dije: 'este es más inteligente que el obispo'. Y pensé: '¿por qué no le enseñamos la fe ahora? ¿Cuándo le vamos a enseñar?' Cuando esté más grande, dicen. Cuando sea más grande, otros vivos le habrán enseñado otras cosas y entonces tendremos que arrancar lo malo que sembraron en él. Ya es tarde. Antes que otros siembren debemos sembrar nosotros, si no me puedo embromar, pues el Evangelio dice: 'si quieres arrancar la siembra mala, corrés el riesgo de arrancar las plantas buenas'. Por eso hay que cuidar que nadie siembre nada malo en el corazón del chico. Porque ellos son inteligentes, no nos pensemos tontos, ellos están de vuelta, me ganan en rapidez, no tienen miedo."
Fabriciano Sigampa se preguntaba ante todos los presentes en la Catedral chaqueña. ¿Por qué no enseñarle el catecismo? Nos preguntamos, ¿por qué no ofrecerle experiencias educativas de excelencia? Antonio, al igual que los demás niños argentinos rubiecitos o morochos, es un ávido lector del mundo que lo rodea, capaz de entender cuando se le ofrecen oportunidades que le permitan acceder e imaginar un mundo mejor. Los que hacemos del cuidado y la educación de la primera infancia nuestra ocupación y preocupación cotidiana tenemos hace mucho tiempo certezas al respecto. Sabemos de la importancia de la educación en los primeros años de vida, vemos a los niños como sujetos de derecho con desarrollos cognitivos y sociales complejos. Sabemos también que tenemos un compromiso ineludible con los recién llegados y con los que están por venir, tomando palabras de Hannah Arendt.
Compromiso por ofrecerles una infancia digna que incluya la alimentación y la educación como pilares insustituibles. Educación entendida como cuidado, como diálogo, como liberación. La educación es un derecho a lo largo de toda la vida, sin embargo los primeros años son imposibles de recuperar. Debemos asumir la responsabilidad de constituirnos en garantes del cumplimiento de ese derecho de los niños y niñas como apuesta a futuro.
Sin embargo, asumimos también la necesidad de construir formatos alternativos que incluyan a las familias y que incluyan a la comunidad. Para esto necesitamos que las políticas de educación de los más chicos estén reguladas por el Estado desde los ámbitos de educación sin temer a los formatos no escolarizados. Para ello precisamos escuelas infantiles en todos los rincones del país, disponibles, a mano. No proponemos la asistencia al jardín de un bebé cuando la familia garantiza cuidado y educación, pero exigimos cunas disponibles para los que lo necesitan. Alentamos la creación de salas con propuestas enriquecedoras y formatos variados desde los dos años, para que todos tengan iguales oportunidades.
Nuestros niños argentinos "son inteligentes", aprehenden y son buenos lectores de la realidad. En este sentido, compartimos la preocupación de Monseñor Sigampa en su homilía del día 25 acerca de "los otros vivos" que le pueden enseñar: para nosotros es el mercado. Un mercado disfrazado que aparece en los medios de comunicación, en los carteles que acercan a los niños a diario a la lectoescritura, en los objetos de consumo que rápidamente adquieren formas de juguetes. Por eso, para ayudarlos a discernir creemos que hay que enseñarles ahora, desde que nacen; no sólo la fe que cada cultura transmita, sino los modos de ser de cada comunidad y los mundos posibles que tienen para explorar.
Celebremos que los niños y las niñas argentinas tuvieron este 25 de mayo un día que será parte de la historia de la educación inicial, porque desde el atrio se los reconoció sujetos de la educación. Nosotros creemos que es necesario educar no para disciplinar los vicios del carácter, como decía Sarmiento en 1848, si no para la concientización, para la emancipación. Apostamos a la vida y a la patria por venir; por ello celebramos la Asignación por Embarazo y la Asignación por Hijo, enorgulleciéndonos de ser parte de un proyecto de país nuevo que retoma con ímpetu las banderas de lucha sobre la importancia de la educación responsable para los más pequeños. <

Fuente: Tiempo Argentino.

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