jueves, 2 de agosto de 2012

"EL MENSAJE ES QUE NO SE PUEDEN TOCAR LOS INTERESES DEL GRUPO CLARIN"

Entrevista a Víctor Hugo Morales. El periodista analiza las medidas cautelares que impiden la total aplicación de la ley de comunicación audiovisual. Su mirada sobre la actualidad política y los medios.

 Por Sebastian Feijoo.

Apoco de cumplirse 30 años de su llegada a la Argentina, mucha agua ha pasado bajo el puente en la carrera de Víctor Hugo Morales. Aquel joven oriundo de Cardona (Uruguay), de voz engolada y palabras precisas, cruzó el Río de la Plata en 1981 para ser el nuevo relator de radio El Mundo. Su ritmo febril y metáforas de épica literaria rápidamente calaron hondo en los oyentes. Poco después, de la mano de aquel inoxidable “barrilete cósmico” con que describió el primer gol de Maradona ante Inglaterra, Víctor Hugo se metía definitivamente en el ADN argentino. Hoy también es un referente único del periodismo político. Desde su programa La Mañana (lunes a viernes, de 9 a 13) tomó posición sobre los temas más conflictivos que cruzan la sociedad argentina, sabiendo que su franqueza y convicciones contrariaban a muchos de sus seguidores, colegas e incluso la línea editorial de AM Continental, al punto de casi hacerle perder su trabajo. Ese compromiso también encontró su cauce en televisión, de la mano de Bajada de Línea (domingos a las 21.30, Canal 9).
En 1982 Víctor Hugo fue uno de los referentes del hoy legendario equipo de Sport 80 (Radio Mitre). Lo acompañaban Néstor Ibarra, Marcelo Araujo, Fernando Niembro, Adrián Paenza y Alejandro Apo, entre otros. El programa rompió con el paradigma del periodismo deportivo de la época. Ese posicionamiento y la personalidad única de Víctor Hugo como relator lograron postergar en las preferencias populares mayoritarias a José María Muñoz, la voz deportiva de la dictadura. El desembarco del relator uruguayo en Continental como jefe de Deportes profundizó esa línea y se transformó en una piedra angular de un verdadero periodismo independiente que no dudó en denunciar la vampirización del fútbol local por parte de Torneos y Competencias –primero- y el Grupo Clarín –después-. Su silencio quiso ser garantizado con jugosos contratos que nunca firmó.
En 1991 Víctor Hugo tuvo su primer programa de actualidad en Continental. “Al final de ese año, las autoridades de entonces de la radio me dijeron que les había gustado mucho el programa, pero que era muy piantavotos. Estábamos en plena era menemista y sólo se querían escuchar voces neoliberales. Yo fui uno de los prematuros luchadores contra esas políticas”, rememora. Víctor Hugo canalizó su mirada en el libro Un grito en el desierto (1998), un ensayo novelado que funcionaba como una alerta sobre los resultados de la aplicación del neoliberalismo: el quiebre en la cultura del trabajo, el abandono de la educación y el impacto de ese deterioro a futuro. Desde diciembre de 2006 comanda La Mañana de AM Continental. El programa se posicionó entre los más escuchados de su franja horaria e hizo mucho más notorias sus posturas ideológicas. Decididamente la política no era algo nuevo en la vida de Víctor Hugo. A los 10 años ya se apasionaba en discusiones sobre el tema con su abuelo y hasta le puso su voz a propagandas de los blancos intransigentes, en las elecciones de 1958.
El 2009 resultó un año de definiciones tajantes para la Argentina y Víctor Hugo. Con el lanzamiento de Fútbol para Todos y el debate que generó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el periodista uruguayo hizo todavía más visibles las posturas que marcaron desde siempre su vida profesional. Eso sí: los costos de esa audacia no se hicieron esperar y ciertos colegas y sectores de la sociedad le quitaron el estatus de prócer.
–Su continuidad en AM Continental estuvo casi descartada. ¿Cómo es hoy la situación?
–Un cúmulo de situaciones que tienen que ver con mi discurso, la convivencia y lo económico, me hicieron pensar que las autoridades de la radio no tenían muchas ganas de renovarme el contrato. Pero mediante una consultora realizaron una encuesta muy ambiciosa. Midieron las preferencias de la gente entre varios potenciales reemplazantes y mi persona. Con los resultados en la mano, tuvieron que reconocer que no era tan fácil prescindir de mí, que por lo menos en lo inmediato los resultados para la radio serían muy negativos. Así que reconsideraron su posición original y ahora estamos negociando otra vez. Decididamente, después de 22 años de trabajo ininterrumpido, yo prefiero quedarme en Continental. La encuesta me ayudó y el resultado ha sido el mayor halago que me llevé este año.
–Es notoria la diferencia de agendas entre La Mañana y el resto de los programas de la radio. ¿A partir de ahí surgieron los problemas?
–Es muy probable que en algún momento estuvieran un poco molestos por mi apoyo fortísimo a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. A eso le podemos sumar alguna otra situación que se planteó… Ellos habían hecho la lectura de que muchos oyentes se habían enojado conmigo y dejado de escuchar el programa. Pero después los números les demostraron que no era así. Y la encuesta que antes comentaba les permitió pensar desde otro lado: “caramba, no es malo tener en la radio a una persona que tiene una opinión tan formada, a pesar de que no es la nuestra”.
–Recién mencionó a la Ley Audiovisual. ¿Le sorprenden las sucesivas trabas judiciales que está sufriendo después de su sanción por amplia mayoría en el Congreso?
–Desgraciadamente no. La pelea es contra un monstruo de mil cabezas. Se corta una y aparecen muchas otras que nacen de los propios medios, jueces y políticos de la oposición. Hoy existe casi un ejército de políticos que están al servicio de Clarín, seres que han perdido cualquier rasgo de dignidad. Cada juez corrupto o temeroso actúa en la misma forma. El Grupo Clarín hizo realidad a Hidra, el monstruo de mil cabezas de la mitología griega. Hay que tener paciencia, seguir peleando. Yo creo que la Ley ya posibilitó triunfos muy significativos, como una sociedad cada vez más consciente de cómo funcionan los medios. Hay cosas que ya están en funcionamiento. Lo que va a demorar más es la aplicación del artículo 161, que pone plazos para que las empresas que poseen más señales de las permitidas se desprendan de ellas. En este caso deberemos esperar cómo se expide la Corte Suprema.
–¿Tiene algún pálpito al respecto?
–Es muy paradójico que cuando la Corte falló en contra de las cautelares que frenaban toda la ley inmediatamente aparecieron las voces de siempre preguntándose si este máximo tribunal era verdaderamente independiente. Pero son los mismos que ahora se pavonean dando a entender que la Corte votará seis a uno en contra del artículo 161. A mí me dolería muchísimo que así sea. Al mismo tiempo, no me sorprendería de tres o cuatro miembros de la Corte porque pertenecen a un mundo en el cual están atrapados. Quizás extiendan el plazo para que los grandes grupos se desprendan de las licencias. Con eso seguramente el Grupo Clarín se sentirá victorioso, porque si ganan sus políticos amigos por ahí consiguen dejar el artículo sin efecto para siempre. Esto sería un trago muy amargo.
–¿Cómo caracterizaría los dichos de Hebe de Bonafini sobre la Corte Suprema?
–Muy a su pesar, Hebe abrió una puerta para minimizar la marcha a favor de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y ofreció un flanco débil para los que trabajan a favor del Grupo Clarín. Pero Hebe es Hebe. Una mujer temperamental, de enorme valentía, que no esconde lo que piensa. Lo que da vergüenza es el comportamiento posterior de cierto periodismo, tratando de hacer foco solamente en una parte del discurso de Hebe y tapando todo lo positivo que pasó en esa marcha. Y por último, no olvidemos que Hebe es una víctima a quien le asesinaron y desaparecieron hijos. Por el otro lado, (Héctor) Magnetto y Ernestina Herrera de Noble son supuestos apropiadores de hijos, posiblemente de personas asesinadas.
–El reordenamiento de la grilla de canales de los operadores de cable también fue frenada por medidas cautelares.
–Es terrible. El mensaje es que nadie puede tocar los intereses del Grupo Clarín. Yo creo que si quisieran cambiar de mano la calle donde están las oficinas de Magnetto, también habría una cautelar. TN se apropió hace años del espacio entre los dos canales de aire de mayor rating y es inadmisible. Se trata de otro abuso de la posición dominante del Grupo. Los canales de aire deben estar juntos por un lado, los de noticias juntos por el otro y así sucesivamente.
–Sus críticas al Grupo Clarín vienen de larga data. ¿En qué momento y cómo formó esa opinión?
–Yo ya había sido muy crítico de la forma en que Torneos y Competencias dominaba el fútbol local. Cuando se da la asociación de Clarín y Torneos y Competencias, la hegemonía del Grupo se hace manifiesta enseguida. A partir de ahí construyen el imperio que absorbe cientos de canales de cable del interior de la mano de la llave que les daba el fútbol. Cuando percibí ese manejo mafioso, dije basta. Porque esos mismos códigos y/o formas los fueron imponiendo en otras actividades. Hace 12 años que no toco el diario Clarín. Al principio me expresaba sobre el Grupo con cierta timidez porque todos le temimos. Sin darme cuenta, me fui animando un poco más y cuando me quise acordar ya estaba en un nivel de pronunciamiento que sólo me invitaba a ir más adelante. La maravilla fue que en determinado momento el Gobierno se puso en línea con lo que yo venía diciendo todos estos años.
–¿Qué mensaje le envía a la sociedad la reunión de Magnetto con los líderes del Peronismo Federal?
–Uno nefasto. Esos políticos tienen la esperanza de que la amistad con el Grupo los ayude a llegar al poder. No se dan cuenta de que de ese sometimiento es prácticamente imposible volver. El Grupo Clarín sabe prodigar caricias en los comienzos de las gestiones para obtener cosas. Es un poco lo que sucedió con los Kirchner. Durante cuatro o cinco años el Gobierno vio con buenos ojos a Clarín porque lo trataba muy bien. La diferencia es que cuando se dio cuenta de que las exigencias de Magnetto superaban toda lógica, apareció una valentía y un coraje que no se había visto nunca en la política argentina. Este es el momento para que todos los políticos retomen su autonomía respecto a las corporaciones, pero gran parte de la oposición renunció expresamente a eso.
–¿Cuál sería la mejor solución para el caso Papel Prensa?
–Dejemos de lado por un momento, sólo por un momento, la sangre con la que está teñida la historia de Papel Prensa. Resulta absolutamente increíble que la venta de papel para los diarios esté en manos de Clarín y La Nación. Es algo que todos los que participamos en el periodismo supimos siempre, pero lo habíamos aceptado como normal. Por eso, más allá de las investigaciones que haga la Justicia, es el momento para que actúe el Congreso. Si alguien me dice: “estoy de acuerdo con que dos diarios no sean los dueños del papel, pero que tampoco lo sea el Estado”, apoyaré esa idea fervientemente.
–El proyecto para que las empresas con más de 300 empleados repartan entre sus trabajadores el 10% de las ganancias generó cruces muy duros de parte de la UIA. ¿Los ataques no fueron desproporcionados?
–Decididamente. Decir sobre el proyecto que nos asemeja a Cuba demuestra la torpeza y cierta imbecilidad de algunos empresarios. En muchas empresas de Estados Unidos se reconoce ese derecho con los llamados bonos de fin de año. ¿Alguien se anima a decir que Estados Unidos se parece a Cuba? Cuando a mí me va bien, me gusta que a las personas que están a mi alrededor también les vaya bien. Lo aplico en mi vida personal, por consiguiente me siento con la autoridad moral para apoyar el proyecto de Héctor Recalde. Todos queremos ser buenos ciudadanos, pero no alcanza con no matar y no robar. Este proyecto es una gran oportunidad para que los empresarios se sientan un poco mejor con su conciencia.
–Usted expresa muchas coincidencias con este Gobierno. ¿Qué asignaturas pendientes más importantes le señalaría?
–Si me preguntabas hace algunos días te decía que la Ley de Glaciares y un proyecto para despenalizar el aborto. La primera ya fue aprobada por el Congreso y en estos días la presidenta la reglamentará. Y el proyecto para la despenalización del aborto parece que llegará en breve al Congreso. Por eso puedo decir que mi margen de discrepancia con el Gobierno se va reduciendo. Creo que un tema no resuelto es el gran crecimiento de la fortuna familiar de los Kirchner, durante las presidencias de Néstor y Cristina. Aunque sea legal, me parece que no corresponde. Como presidentes debieran haber estado totalmente alejados de cualquier negocio personal. Mantengo la esperanza de que pongan ese dinero o una gran parte en una fundación. Para gobernantes de criterio progresista, ese crecimiento económico es dañino.

• “NUNCA HABÍA DISFRUTADO TANTO EN TELEVISIÓN COMO CON BAJADA DE LÍNEA
“Estoy muy feliz con Bajada de Línea (domingos 22 hs., Canal 9). Desde el punto de vista periodístico no puedo sentirme más conforme. Logramos una correspondencia excepcional entre la agenda que yo propongo y la realización del equipo de producción que me ha puesto la gente de Gastón Portal. La comunión entre el proyecto y la puesta en práctica del programa es muy alta, nunca había disfrutado algo similar en televisión. En relación al rating, superó mis expectativas en los primeros programas, y en el del 19 de septiembre vivimos algo rarísimo. El minuto a minuto de Ibope nos daba siempre más de cuatro puntos, pero al otro día nos dijeron que tuvimos 2,6 de promedio. Las mediciones de Aresco sí coincidían con el minuto a minuto de Ibope. El canal pidió las explicaciones del caso, pero no obtuvo ninguna respuesta coherente. Más allá de esto, me siento muy a gusto con el programa, muy tranquilo. Me está dando felicidad y yo pensaba que no me iba a generar más que problemas”, explica Víctor Hugo.
–Su producción logró llevar al piso a Mauricio Macri en el momento más álgido de la crisis educativa. ¿Rinden finalmente esos reportajes?
–Macri no es un entrevistado que me resulte particularmente atractivo. Y tampoco soy muy partidario del reportaje televisivo porque hay poco tiempo y -para obtener buenos resultados- es obligatorio hacer algo con lo que no me siento cómodo: salir permanentemente al cruce del invitado. Pero habíamos tenido muy buenos resultados con Lidia Papaleo y Macri ese día, en ese contexto, era muy oportuno. Finalmente fue una experiencia desencantadora. Macri demostró ser uno de esos entrevistados entrenados. Eluden las preguntas y desarrollan un discurso que sólo tiene que ver con sus intereses. En una entrevista de una hora se pueden obtener buenos resultados. Pero en un marco de a lo sumo 15’ uno se queda con las ganas.
–Luis Majul dijo que cambió el horario Bajada de Línea para no competir con La Cornisa.
–Nada de lo que diga o haga esa cosa babosa conocida por ese nombre puede motivarme absolutamente nada. El cambio de horario fue una decisión coyuntural del canal. Pero, sinceramente, no creo que nadie que siga a Majul se pueda sentir seducido por mis valores y viceversa.

• “LOS MEDIOS CREAN OTRA JUVENTUD”
La crisis en la educación que vive la Ciudad de Buenos Aires provocó en los medios y buena parte de la sociedad porteña discusiones acaloradas y opiniones antagónicas. Más allá del grave problema de gestión que exhibe el jefe de Gobierno Mauricio Macri –que en el área de la educación pública se hace particularmente grosero-, la decisión que demostraron los jóvenes en sus reclamos para estudiar en espacios dignos puso en primer plano un compromiso que, hasta hace poco, muchos ni siquiera imaginaban. Víctor Hugo entiende este fenómeno como una oportunidad para la reflexión. “La actitud de los jóvenes me entusiasma mucho. Se los ve comprometidos, con ganas de participar. Su respuesta a las deplorables condiciones de las escuelas porteñas demuestra que no están dispuestos a convalidar situaciones de agravio con el silencio o la inacción. Este grado de compromiso hacía mucho que no era tan notorio. Estoy convencido de que tenemos una juventud mucho más linda de la que a veces los medios nos muestran. Hace algunas semanas, con los festejos del día de la primavera, los canales de televisión no se cansaban de repetir una pelea de jóvenes alcoholizados. Parecía que todos hicieron lo mismo. Pero ese día había 70 mil chicos en la calle y la inmensa mayoría se portó perfectamente. Vivimos un periodismo que crea sensaciones y distorsiona la realidad.
–¿En qué otros aspectos ve que la mirada de los medios modifica la percepción de la realidad?
–En muchos. Creo que estamos viviendo la peor etapa del periodismo y hemos tocado fondo en el comportamiento de muchísimos medios. Como anécdota siempre cuento algo que viví en la ciudad de Laprida. Al dar vueltas por el centro vi cientos de bicicletas. Es uno de sus medios de transporte más queridos y un motivo de orgullo. Todas estaban sin candado. Pero cuando les preguntan cuál es su mayor problema como ciudadanos dicen la inseguridad. Eso es un reflejo inequívoco del discurso de los medios de Buenos Aires.

Fuente: Miradas al Sur.

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