jueves, 26 de julio de 2012

PRESENTAN PRUEBAS DE LA PERSECUCION A ABUELAS Y NIETOS EN LA DICTADURA

Son las fichas de seguimiento que realizaba la dirección de inteligencia de la policía bonaerense. Durante la represión e incluso en democracia, la DIPPBA se infiltraba en organismos de Derechos Humanos. La nieta apropiada de Chicha Mariani tenía su propia carpeta.

Por:Gerardo Aranguren 
                       
Con fichas que contienen los nombres y antecedentes de Abuelas de Plaza de Mayo y de sus nietos, Claudia Bellingeri, perito de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), dio cuenta de la persecución que realizó la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) sobre los organismos de Derechos Humanos durante la dictadura.
Su testimonio había sido requerido por las querellas en la causa Plan Sistemático de robo de bebés luego de que la CPM presentara un informe de 300 páginas con los archivos desclasificados de la DIPPBA sobre la búsqueda de los niños apropiados.
Por el plazo de tres horas, Berlingieri declaró ayer ante el Tribunal Oral Federal Nº 6 y presentó los documentos de la Bonaerense, aunque su testimonio debió ser reprogramado y continuará en una fecha a designar con la última parte del informe que trata sobre los 34 casos de apropiación que se investigan en el juicio oral.
"Información relacionada con acción panfletaria de Abuelas de Plaza de Mayo en la localidad de Quilmes: medios propios (infiltración) han logrado establecer que la Agrupación denominada Abuelas de Plaza de Mayo, realizaron una acción panfletaria en la zona céntrica de Quilmes", indica uno de los legajos de Abuelas que figuran en el archivo. Los agentes de "inteligencia" también investigaron a una de las fundadoras de la Asociación, Chicha Mariani, y a su nieta apropiada, Clara Anahí. En un parte denominado "Regreso al país de la Sra. Mariani", de marzo de 1982, deja en claro que la dirigente era seguida de cerca en los últimos años de la dictadura.
Además de la persecución a Abuelas, la DIPPBA investigó a hijos de desaparecidos. "Es de destacar por ejemplo el caso de Clara Anahi Mariani -señala el informe de la CPM- quien con sólo cinco meses de vida posee un legajo en la que se la cataloga como "extremista", y a quien se le homologan lo que la DIPPBA llama "antecedentes", es decir, el documento que la inteligencia policial construye a partir del acecho y del seguimiento de su padre, Daniel Enrique Mariani que es incluido como parte de "los antecedentes" de la niña.
En democracia, la Dirección de Inteligencia continuó con sus actividades clandestinas para asegurar la impunidad de muchos de los casos de apropiación. Uno de los hechos más resonantes mencionados por Bellingeri es el de María José Lavalle Lemos, nieta recuperada en 1987 en Mar del Plata. En el archivo figura que, al momento de su restitución, la DIPPBA hizo un seguimiento de la niña de sólo 9 años y del juez de la causa, Juan Ramos Padilla. "Se sabe que la criatura se la entregaron en la Brigada de San Justo y que el Certificado de Nacimiento lo firmó Vidal", señala el legajo que además recuerda que la información a Abuelas la había acercado la cuñada de Teresa González, su apropiadora. "Es evidente que tanto por el asunto de Brigada, como por Vidal, la policía de la provincia volverá a estar en los diarios", advertía el informe, y agregaba sobre la presencia del juez en Mar del Plata: "Es probable que Ramos Padilla intente hacer alguna otra cosa en la zona. Adoptamos las previsiones del caso y lo esperamos confiadamente."
Según explicó la perito del archivo, toda la documentación sobre Abuelas y sus nietos recaía en la mesa conocida como DS (Delincuentes Subversivos) en la DIPPBA y era luego enviada al Coronel Enrique Rospide, uno de los asesores militares del General Ramón Camps, a cargo de la Policía Bonaerense durante la dictadura.
Bellingeri aclaró, además, que toda la información que llegaba a la DIPPBA era compartida por toda la comunidad de inteligencia de las Fuerzas Armadas y de las fuerzas de seguridad.
La información era originada por agentes, pero la especialista destacó algunos casos particulares, como el del juez de menores de Junín, Juan José Roggero, quien recibió en 1980 una denuncia de Abuelas que buscaban a sus nietos, y acto seguido envió una copia a la Policía Bonaerense que recayó en la DIPPBA. <

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