sábado, 17 de diciembre de 2011

FUROR POR UN LIBRO QUE DICE QUE HAY QUE PEGARLES A LOS HIJOS


Para entrenar a tu hijo, escrito por un reverendo evangelista de EEUU, propone pegarles con caños de tubería y dejar armas cargadas en la casa para probar la "temeridad" de los menores.
El manual, que vendió casi un millón de copias en los Estados Unidos desde su lanzamiento, recomienda para la educación de los hijos cuestionables métodos que incluyen el castigo físico en sus formas más violentas, incluso en el período de la lactancia del bebé. Para entrenar a tu hijo (To train up a child) fue publicado originalmente en 1994 por Michael Pearl, un reverendo evangelista originario de Tennesse, líder de la agrupación religiosa No Greater Joy.El primer episodio del libro, titulado "Pégale a tu hijo", explica que "una experiencia particularmente dolorosa para la madre lactante es el bebé que muerde. Mi esposa no perdió tiempo para encontrar un remedio. Cuando el bebé la mordía, ella le tiraba del cabello" y aclara: "Hay que buscar una alternativa para los bebés calvos".Michael Pearl, de 66 años, también aconseja los elementos que se deben utilizar para concretar los castigos ("Para el menor de un año basta una vara de sauce de 25 a 30 centímetros de largo y medio centímetro de diámetro, sin nudos que le puedan cortar la piel") e, incluso, asegura que para comprobar la temeridad de un niño, es bueno dejar armas cargadas por la casa y esperar a ver la reacción de los pequeños.Recientemente, varios casos de violencia filial ocurridos en los Estados Unidos han sido vinculados a las crueles enseñanzas del libro de Pearl, como el caso de la familia Williams, acusada de asesinar a su hija de 11 años como consecuencia de los extremos castigos a la que la sometían.Esta pareja, que se reconoció seguidora del manual en el juicio que comenzó el pasado 30 de setiembre, sometió a un brutal castigo a su hija adoptada a causa de sus "faltas de conducta", lo que la hizo merecedora de mortales golpes con un tubo de cañería, tal como lo recomendaba el pastor evangelista.

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