domingo, 16 de octubre de 2011

TRAS SU VIDA Y SU LITERATURA



Daniel Ritto y una obra sobre Rodolfo Walsh.


Por Juan Manuel Strassburger


Daniel Ritto siempre le atrajeron los personajes que marcaron la vida pública y cultural del país. Pero no los más vistos, los que siempre figuran en primera plana, sino los subterráneos, los que desde las catacumbas subvierten el orden de las cosas. Para siempre. Por eso, desde el teatro, interpretó y configuró las vidas de Luca Prodan, Roberto Santucho, Enrique Angelelli, Charles Bukowski y, ahora, Rodolfo Walsh. “Es un personaje apasionante”, sostiene Ritto sobre el periodista y escritor que encarna en Rodolfo Walsh: la revelación de lo escondido, su unipersonal. “Lo conocí a los 13 años con Operación Masacre, obviamente, pero también con cuentos suyos como “Un kilo de oro”, “Esa mujer” o “Irlandeses detrás de un gato”, que me marcaron desde entonces. Él decía: “los dueños de las cosas ocultan a nuestros héroes”. Y a mí me parece que obras como esta ayudan a develarlos”, destaca Ritto.–¿Qué decisiones tomaste a la hora de escribir la obra?–Me interesó que se mostrara a un Walsh puro y transparente. Y para eso tomé escenas de su vida, pero también de su literatura. Me atraen su vida como militante y su trabajo como escritor con ese poder de síntesis apasionante. Lo hice unipersonal para que apareciera el propio Walsh dando testimonio en el espacio vacío del teatro. Seis minutos hablando en primera persona con el escenario pelado, sin luces, y apenas un músico en escena con un chelo.–¿Qué aspectos de su vida y obra tomaste?–Su muerte emblemática, la relación con su hija Vicky, también muerta en la lucha, y su vuelco a partir de Operación Masacre. Hasta ese momento, Walsh no militaba, estaba recluido en La Plata, jugando al ajedrez, pero la noticia de la matanza de José León Suárez y el fusilado que vive lo marca a fuego y su cabeza se transforma para siempre. La obra no tiene una estructura clásica. Va para atrás y para adelante y termina con un final circular, pasando de la biografía a la ficción todo el tiempo.–La obra la estuviste mostrando durante años en los colegios. ¿Cómo fue la experiencia?–Sí, me pareció interesante llevarla a los colegios antes de llevarla al teatro. Fue una experiencia extraordinaria. Muchos estudiantes descubrieron a Walsh o le prestaron atención por primera vez, y quedaron prendidos, atrapados, con un tipo que está muy cercano a la historia de ellos, que los interpela. La obra muchas veces la hacía en el patio, con los chicos sentados en círculo. Y la escena en que resiste al ejército de la dictadura los dejaba encantados. Me decían: “¡Wow! ¡Qué huevos!” <

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