miércoles, 5 de octubre de 2011

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD



Abuelas de Plaza de Mayo en la Unesco




Ellas, sin proponérselo, escribieron las páginas más tristes y más dignas de la historia argentina. La tragedia, personificada con un traje verde oliva, se les presentó durante la última dictadura militar y partió sus vidas en dos: de un día para el otro, les arrancaron a sus hijos y a sus nietos. Pero las Abuelas de Plaza de Mayo, en un ejemplo de dignidad, trabajaron para recuperar lo que les habían sustraído y jamás reclamaron venganza. Así, en casi 34 años de lucha, lograron restituir la identidad de 105 nietos. Soportaron algunos rechazos de los hijos de sus hijos y esperaron que muchos asimilasen sus terribles historias de vida. También sufrieron tres décadas de impunidad, durante las cuales los genocidas caminaron libres por las calles argentinas. Pero ellas nunca bajaron los brazos. “Gracias por esta lección de humanidad”, se dirigió a ellas Irina Bokova, directora general de la Unesco, desde la sede de la organización, en París, minutos antes de entregarle a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, el premio Félix Houphouët-Boigny, que se otorga a personas, institutos u organizaciones “que hayan hecho un aporte significativo al fomento, la salvaguardia o el mantenimiento de la paz”. Estela levantó el diploma y con la mirada diáfana que la caracteriza se dirigió al auditorio: “La palabra abuela despierta ternura, la imagen de una anciana de cabello blanco, con rodete, lentes caídos abrazando a algún nieto al que le contará increíbles historias de su vida sentada en un cómodo sillón. Esa imagen es la antípoda de lo que somos. No estamos sentadas en el sillón, que está tan vacío como los brazos que tendrían que abrazar al nieto”. Aunque no sea un consuelo, ese vacío lo lograron llenar de amor y dignidad. Así lo entendió el comité de la Unesco que aceptó la propuesta realizada por el senador Daniel Filmus, miembro del comité ejecutivo del organismo internacional, para que las galardonaran.
El acto contó con bastante presencia argentina: una decena de nietos recuperados, cuatro abuelas, funcionarios y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien también tomó la palabra durante la entrega del premio. Cristina destacó a las Abuelas “no sólo por recuperar las identidades de los nietos sino por haber persistido en el pedido de memoria, verdad y justicia sin caer en esa falencia de la condición humana que es la venganza”, y concluyó: “Queremos recuperar a los nietos que nos faltan. Reconocemos desde aquí de manera internacional la labor de Abuelas porque el pueblo argentino ya lo ha hecho”.
“Estela es un símbolo poderoso de la Argentina democrática –consideró el politólogo Edgardo Mocca–. Es la Argentina que cree en la libertad y en la justicia, la que no condescendió al rencor ni a la revancha, la que recibe este premio de la Unesco.”
Para el sociólogo Carlos Girotti, “en momentos en que la ferocidad sin límites hace estallar a la condición humana, la distinción otorgada a las Abuelas es un premio a la no venganza. Tras haber perpetrado toda clase de crímenes, la dictadura cívico militar no logró consumar el peor de todos: haber inducido a los familiares de sus miles de víctimas a escoger el camino de la revancha. Los genocidas no pudieron atravesar ese dique moral interpuesto por quienes fundaron su exigencia de memoria, verdad y justicia, en la búsqueda amorosa de sus nietos apropiados”.
Esa búsqueda desesperada comenzó cuando, cansadas de no obtener respuesta en los juzgados de menores, orfelinatos y otros institutos, una de las madres que estaba dando vuelta a la Pirámide se apartó de la ronda de los jueves y preguntó a sus compañeras de angustias: “¿Quién está buscando a su nieto o tiene una hija o nuera embarazada?”. Entonces decidieron organizarse. El sábado 22 de octubre de 1977, doce mujeres se reunieron por primera vez para diseñar una estrategia que les permitiera encontrar a sus seres queridos. La leyenda comenzaba a escribirse, aunque sus protagonistas lo ignorasen por completo.
Las primeras reuniones se realizaron en el Jardín Botánico, en el Zoológico, en algunas iglesias y en confiterías, como Las Violetas, y ellas intentaban parecer señoras convencionales que tomaban el té. En aquellos años todavía usaban un clavito negro atravesado en la ropa y un pañal de tela en la cabeza, que luego se cambiaría por los pañuelos.
Ese grupo originario de abuelas estaba compuesto por Raquel Marizcurrena, Clara Jurado, María García Iruretagoyena, Delia Califano, Haydeé Lemos, Alicia “Licha” de la Cuadra, Leontina Pérez, Beatriz Neuhaus, Eva Castillo Barrios, María “Chicha” Mariani, Vilma Gutiérrez y Mirta Baravalle. En aquellos años en que todo estaba por hacerse, realizaron hasta operaciones detectivescas: por caso una abuela se internó en un sanatorio psiquiátrico para seguir una pista y otra llegó a trabajar de empleada doméstica para estar cerca de una niña. Para evitar las sospechas de la dictadura, hasta habían creado una serie de contraseñas para comunicarse telefónicamente.
La primera gran manifestación pública de las Abuelas fue el 5 de agosto de 1978, cuando se celebró el Día del Niño y lograron publicar una solicitada en el diario La Prensa. Veinte días después de ese documento, Estela de Carlotto recibía el cuerpo de su hija Laura, de 22 años, quien tenía un embarazo de dos meses cuando fue secuestrada. Entonces, Estela se acercó a la casa de Licha de la Cuadra y comenzó otra historia, radicalmente distinta de la anterior. “La primera vez que fui con Abuelas temblaba como una hoja –recuerda Estela en el libro La historia de Abuelas, 30 años de búsqueda–. Había tantos militares, tantos caballos, tantos fusiles. Pero las Abuelas seguían caminando. Apretarse y darse las manos como hermanas son cosas que las Abuelas tenemos hasta hoy.”
Los primeros nietos recuperados aparecieron en 1978 y 1979. Fueron Emiliano Ginés Scotto y Anatole y Victoria Julien Grisonas. El crecimiento de la institución fue tal que fue necesario crear una comisión directiva: la primera presidenta fue De la Cuadra, quien por problemas de salud de su marido le dejó el cargo a Chicha Mariani. Estela Carlotto quedó como vicepresidenta y Rosa Rosinblitt como tesorera. Chicha siguió al frente de la institución hasta 1989. Luego, Estela tomaría la posta.
Atentas ante la falta de respuestas en la Argentina, las Abuelas siempre tuvieron gran actividad internacional. Con el advenimiento de la democracia, siguieron reclamando justicia. Poco a poco, se fueron transformando en “abridoras de caminos”.
Sus logros desbordan estas páginas, pero algunos ejemplos sirven para tomar dimensión de su alcance a nivel mundial:
- La primera victoria fue cuando se aceptó el examen de histocompatibilidad como prueba en los casos de apropiación, como sucedió en el caso de la nieta Paula Logares, recuperada en 1984.
- El salto cualitativo quizá más grande fue el impulso que les dieron a los análisis genéticos como modalidad para restituir la identidad de sus nietos. Si bien los exámenes para determinar la paternidad eran conocidos, no había demasiados avances en lo referente a otras ramas de la familia. Como en el caso de los nietos los padres estaban desaparecidos, las Abuelas viajaron a Estados Unidos y se reunieron con científicos de la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia para hacer su solicitud. Finalmente nació el índice de “abuelidad”, que tiene un 99,99 por ciento de garantía efectiva. “Este descubrimiento se debe sólo a ustedes”, les dijo el científico Cristian Orrego. Hoy en día, los avances genéticos ya superaron esta etapa, pero el impulso de Abuelas fue crucial para este logro.
- En 1984 también se constituyó el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). En su base informativa figuran los mapas genéticos de 213 familias que tienen niños desaparecidos. Con estos avances, en 1986 las Abuelas localizaron a Elena Gallinari Abinet, quien fue la primera nieta restituida que había nacido en cautiverio.
- Aún perdura en la retina de los protagonistas el caso de la nieta 35, Ximena Vicario, restituida en 1986, que tuvo la particularidad de ser la primera adopción plena que se consiguió anular. Entonces, para la ley argentina una adopción plena era irrevocable. A partir de este caso se cambió la legislación vigente.
- El aporte de las Abuelas en materia de legislación sobre la niñez fue determinante a nivel mundial. Esto quedó de manifiesto en 1989, cuando se estableció la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, que contiene “tres artículos argentinos”: el 7, el 8 y el 11, que hacen referencia al derecho a la identidad del niño. A su vez, uno de los últimos pactos internacionales de derechos humanos, el Tratado Internacional para la Protección de todas las personas contra la Desaparición Forzada, tiene muchas cláusulas impulsadas por la Argentina a partir de la experiencia de Abuelas.
- En 1992, a pedido de las Abuelas, se creó la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), que se encarga de recopilar documentación sobre la inscripción de los bebés y de ordenar los análisis de ADN en el BNDG. En 1998, las Abuelas crearon el Archivo Familiar de Abuelas, en el que recopilan para los nietos la historia de sus padres desaparecidos, a través de escritos, fotografías y material audiovisual.
- Cinco años más tarde, cuando se anularon las leyes de impunidad, comenzó un nuevo capítulo en la historia de la institución. Las Abuelas son querellantes en diferentes causas, aunque dividen su injerencia de acuerdo con el grado de representación que tengan las víctimas. Por caso, los letrados juegan un rol esencial en el actual juicio por el Plan Sistemático de Robo de Bebés. “Estos son tiempos de reparación”, afirmó a Veintitrés Luis Alén, subsecretario de Protección de Derechos Humanos.
Tras treinta años de impunidad, las estrategias de las Abuelas debieron adaptarse. Como los nietos que buscan dejaron de ser niños hace tiempo, se crearon diversos proyectos, como Teatro por la Identidad, que tienen por fin difundir y concientizar sobre la tarea que se realiza desde la institución. “Pelearon contra todo y siguieron adelante. Respeto y admiro mucho su lucha”, afirmó el actor Carlos Belloso, quien personificó al apropiador de Juan Cabandié en los capítulos que se difundieron por Telefé.
“Lo más destacable es que frente al dolor, la tragedia, el genocidio y la muerte nunca hubo un reclamo de venganza, un pedido de mano dura, sino un pedido de verdad”, aseguró el sacerdote Eduardo de la Serna, miembro del Grupo de Curas en Opción por los Pobres.
Pasó el tiempo, las abuelas ya están grandes pero siguen luchando para que en la Argentina y en el mundo nunca se olvide su lema: Memoria, Verdad y Justicia. Sus nietos, unos 400, todavía las esperan.
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Entrevista a Estela de Carlotto
“Nunca dejamos de luchar”
Por F.M.
El 14 de septiembre, tres horas y media antes de recibir el reconocimiento de la Unesco, y en medio de una agenda apretada, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, se hizo unos minutos y dialogó con este cronista, desde su habitación en el Hotel De Sers, en París.
–¿Qué siente al ser reconocida junto a todas las Abuelas por la Unesco?
–Nos emociona mucho y nos gratifica. Para nosotros es muy lindo estar acá acompañada por un grupo de nietos, cuatro abuelas, y además la presidenta Cristina, sus funcionarios, en fin hay todo un ambiente de alegría, de festejo, porque en esto se reconoce también a la República Argentina. No sólo a las mujeres de Abuelas sino a la Argentina, a la Presidenta, porque nadie ignora que ella y su marido impulsaron desde el Estado los derechos humanos que nosotros queremos que se reconozcan y se recompongan y eso es muy importante para la sociedad argentina pero para la internacional también. Hoy vamos a vivir un día muy especial.
–¿Este premio lo viven de una manera distinta, por el momento político que vive el país?
–Este premio reconoce el mérito de Abuelas de haber luchado en paz, por la paz y por la memoria, la verdad y la justicia. Nuestra contribución no fue sólo para la Argentina sino a nivel mundial. El mérito está en que no hemos bajado los brazos en tanto tiempo, en que no hemos manifestado jamás un acto de violencia como propio. Lo hacemos impulsadas por el amor. Todo esto es parte de los valores que justifican el premio. Estamos compartiéndolo con Lula, Mandela, con muchas personas importantes que fueron distinguidas con el mismo premio.
–Estando en Francia, a horas del reconocimiento, ¿se retrotrae a fines de la década de los setenta?
–Eso lo hacemos siempre porque si bien no nos quedamos estancadas en el pensamiento nostálgico, sí en la realidad. Ya los años los tenemos, estamos pensando todos los días en estrategias nuevas pero aparte, en el relevo para un futuro, y me digo “qué extraño todo esto”. En lo que a mí respecta es un sentimiento ambivalente porque mientras es el dolor el que me trajo a hacer esto, también me gratifica la vida con todo lo que puedo seguir haciendo para la humanidad. Esto trasciende lo personal, es un acto de función universal. Porque cuando venimos al primer mundo uno les dice: “Señores, no tengan descuidos porque también les puede pasar a ustedes”. Estamos cimentando la lucha por la reivindicación de los derechos humanos en paz.
–¿Piensa en aquellos momentos y se dice cuánto caminamos hasta acá?
–Sí, por supuesto. En Italia, donde estuve ahora en unos actos, el embajador argentino en Roma me dijo que a través de mi lucha mi hija Laura está viva. Para mí es cierto porque yo la estoy teniendo a ella presente todo el tiempo, pensando que dio la vida y yo la tengo que seguir dando, de otra manera, para lograr lo que ella quería que era la justicia social. Una sufre pero a la vez se gratifica por lo que hemos hecho, que nunca soñamos, por supuesto. Si me preguntaran qué preferiría, si estar en este acto de grandes festejos y cosas hermosas o en mi casa con mis cuatro hijos y mi familia completa, yo opto por lo segundo, sin dudas. Pero uno debe razonar que ante la adversidad nunca dejamos de luchar. Y eso es lo mejor que hicimos.
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Opiniones
La abuela de todos nosotros



Por Daniel Filmus
Senador porteño por el FPV
El premio es uno de los más importantes de la paz y los derechos humanos en el mundo. Si bien hay un jurado específico, son las Naciones Unidas a través de la Unesco quienes las reconocen, y eso hace que la mención sea más importante ya que es el mundo entero que aplaude los valores de Abuelas. Es un reconocimiento a ellas y también a la Argentina, ya que cuando se habla de derechos humanos siempre se mencionan los logros de nuestro país. El premio es no sólo por lo que representa la asociación hacia atrás en cuanto a memoria, verdad y justicia sino por la entereza de no pedir venganza. Han hecho un gran aporte a toda la comunidad internacional: desde las técnicas de ADN y el Banco de Datos Genéticos para resolver problemáticas de desaparecidos, hasta la incorporación del derecho a la identidad en la Convención sobre los Derechos del Niño. Estela debe ser una de las pocas personas tan respetadas unánimemente en el país. Tiene un coraje enorme y una calidez y entereza impresionante, que demostró incluso cuando fue amenazada o su casa fue baleada. Ella representa la abuela de todos nosotros. Es increíble verla en momentos tan difíciles y soportando agresiones tan duras con la tranquilidad que la caracteriza.



Firmeza y sobriedad



Por Raúl Zaffaroni
Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
Si algo merece ser calificado de “crimen contra la humanidad” es justamente el límite aberrante, que priva de la identidad, o sea, de uno de los atributos de humanidad, a un ser humano, sin miramientos acerca de la lesión múltiple que eso implica. Por aberrante que haya sido la venganza contra los padres, el grado de perversión alcanza su nivel máximo con la indiferencia por la lesión a personas por completo ajenas a cualquier actividad política o como se la haya querido calificar, como son los miembros de la familia biológica y los propios niños. Aun en el marco de la insostenible “teoría de los dos demonios”, es claro que las Abuelas no formaban parte de ningún “infierno”. Si hay víctimas acerca de cuya inocencia nadie puede dudar, éstas son las Abuelas y los niños. Estela y las Abuelas representan la lucha por la dignidad de todos los argentinos frente a esta incalificable y máxima lesión a la humanidad. Lo han hecho y lo hacen con firmeza pero con la sobriedad que sólo puede ofrecer quien sabe que le basta con sólo exponer los casos. Un reconocimiento de la Unesco a esta labor es una reivindicación para todo el pueblo argentino, encolumnado en el repudio a la perversión que superó todos los límites de la crueldad.



Trasciende lo nacional




Por Tristán Bauer
Presidente de RTA
La distinción de la Unesco es muy importante porque Estela es un modelo de actitud y de lucha. A lo largo de los años ella demostró, con su perseverancia, ser un modelo de persona para llevar adelante una lucha que generó frutos concretos como la devolución de la identidad de muchos nietos. Una lucha que queda como el valor de un símbolo, una marca para el país que trasciende lo nacional porque la atrocidad que significa la separación de los hijos de sus madres es terrible. Y las Abuelas mostraron que se puede llegar a la verdad a través de un reclamo ejemplar. Tuve el placer de conocerla hace años cuando filmé el inicio de su lucha. Rescato su humanidad ya que es una persona que contagia esperanza en el momento más oscuro, y alegría en la tristeza. Ella es el símbolo de que se puede, una fuerza que se asocia con la palabra perseverancia. Siempre da lo mejor de sí y cuando nos visita en el canal, o me la encuentro en una manifestación, me llena de satisfacción. Tiene un aura propia e irradia una energía increíble. Estela tiene mucha paz interior a pesar de su sufrimiento, de nuestro sufrimiento. Es una persona capaz de convertir el dolor en amor.




Ningún poder puede contra la verdad



Por Claudio Villarruel
Sociólogo, director, productor de televisión
Las abuelas sabían en medio del silencio que sus hijos e hijas habían dejado hijos e hijas, sangre de su sangre, arrebatados de sus casas y nacidos quién sabe dónde. Para la búsqueda, había que armar un rompecabezas en la oscuridad, había que gritar, pero también guardar silencio, había que esperar, uno, cien, mil años. Y esperaron. Esa oscuridad se fue aclarando por el amor de muchos y fueron juntando cada pieza para llegar a abrazar a los nietos que empezaban a aparecer. No importa hijo de quién, nieto de quién, porque son nietos de todos. Estela, y con ella todas las abuelas, brotaron lenta pero firmemente en el imaginario de una sociedad adormecida por la apatía, transformándose en memoria pura y activa que empezó a movilizar a cientos y miles en la toma de conciencia del horror que sufrimos bajo el terrorismo de Estado. Esos niños sin nombre, trofeos de maldad y sueños de abuela, nos enseñaron que cuando la sociedad no olvida, el futuro es posible. Tal vez la sabiduría se haya encarnado en Estela para decirnos algo. Que la espera no es vana, que la lucha nunca es poca, que siempre hay algo más por hacer. Gracias, Abuelas; gracias, Estela. Sigan dando el ejemplo de lucha pacífica, que ningún poder puede contra la verdad.



Una mirada honesta de nuestro pasado



Por Daniel Rafecas
Juez federal
Para calibrar en su justa medida el alcance y el verdadero significado del magnífico premio al fomento de la paz otorgado a las Abuelas por la Unesco en París, deberíamos apreciar su proyección en cuatro sentidos que podríamos graficar como círculos concéntricos que se expanden: Estela de Carlotto, Abuelas de Plaza de Mayo, los organismos de derechos humanos en general; la política de Estado argentina en materia de memoria, verdad y justicia. La Asociación de Abuelas, con mucho esfuerzo y sacrificio, se ha ganado un lugar de privilegio como entidad que defiende en todos los ámbitos y foros, nacionales e internacionales, los derechos y reivindicaciones de las víctimas del terrorismo de Estado, en especial, allí cuando se trata de devolverles la identidad a los nietos robados durante la dictadura. Pero a su vez, el premio reconoce la labor de todos los organismos de DD.HH. en nuestro país, pues ellos han sido los principales responsables del desencadenamiento y de la continuidad, en todos estos años, del formidable proceso que vivimos en nuestro país, por el cual estamos logrando, tal vez por primera vez en la historia, tener una mirada honesta de nuestro pasado reciente, con todo lo que ello implica.






Teresa Parodi
Cantante
“Creo que todos los reconocimientos a nivel internacional que tengan que ver con la lucha que han llevado adelante estas mujeres son para valorar. Y en eso mucho tuvo que ver el aporte político que hicieron Néstor y Cristina cuando instalaron un debate necesario como país. En estos últimos años pasaron cosas extraordinarias en materia de derechos humanos. Es un premio a tanto coraje, a mujeres que salieron solas a denunciar al terror. Es un reconocimiento sobre una lucha que comenzó en un pasado y que suma para el futuro.”



Horacio González
Director de la Biblioteca
Nacional
“Por el momento que está transitando el país, es necesario considerar un premio merecido para las Abuelas. Sobre todas las cosas, en el debate argentino, este premio vuelve a reafirmar una vez más la importancia de las Abuelas y las Madres. Es necesario verlo así porque la actualidad de la Argentina es una discusión que nunca cesa. El crecimiento económico, político y social del país tiene un trasfondo ético que se conecta con esos planos, es un tejido fino. Este premio no hace más que reafirmar un camino abierto que no cesa en la producción de hechos sociales colectivos.”



Juan Cabandié
Legislador porteño FPV
“En los próximos días, Abuelas cumplirá 34 años y la épica en la búsqueda de los nietos ha sido reconocida por todos, no sólo por los argentinos. Estela es un orgullo nacional porque siempre mantuvo esa parsimonia, esa paciencia y la utilización de la palabra justa. Es muy respetada por la sociedad, no solamente por la lucha que encarna sino también por sus características personales liderando la asociación. Para mí, fue un disparador conocerla. Cuando tuve que hacer mi proceso personal me aparecía su figura en imágenes, tras verla por tantos lugares transmitiendo su necesidad de encontrar a su nieto.”



Liliana Herrero
Cantante
“Estela es una persona muy agradable que siempre está alerta a la conversación. Una mujer interesada en los otros, algo que en estos tiempos es demasiado. Que una directora de escuela se haya convertido en parte de nuestra historia es algo que sostiene una complejidad increíble. Ella sabe qué es lo que busca, y eso es muy importante. Estela se convirtió en una figura necesaria en la sociedad. Y eso demuestra que no hay predeterminación en la historia. Es una mujer que maneja un caleidoscopio familiar.”



Facundo Moyano
Secretario general del SUTPA
“Cuando se habla de Estela se habla de las Abuelas. Hace años que su vida personal pasó a un segundo plano en nombre de la lucha que lleva adelante por los cientos de niños arrancados de sus madres. El coraje, la perseverancia y la decisión que demuestran en su infatigable trabajo, lo llevan adelante desde la humildad de aquellos que se saben justos. Sólo desde una ética y de un sentido de justicia que se encuentra por sobre los hombres fue posible que un grupo de abuelas hayan convertido a bebés robados en nietos y el odio hacia los asesinos de sus hijos en amor. El mundo entero les debe gratitud.”



Margarita Stolbizer
Diputada nacional por el GEN
“Abuelas representa la lucha del pueblo argentino por la búsqueda de la verdad y la devolución de la identidad como un derecho humano fundamental, junto con la vida y la libertad. Su aporte ha sido extraordinario. Sin duda, Estela es la líder y el alma mater de esta lucha y sin perjuicio de la importancia que ha tenido la lucha de muchas otras abuelas y de la institución, claramente ella ha sido la orientadora de esta tarea, siempre caracterizada además por su personalidad honesta, humilde y sin resentimientos que transmite mucho amor por la vida.”



Gabriela Michetti
Diputada nacional por el Pro
“De la lucha de Abuelas rescato el trabajo arduo y comprometido en pos de la toma de conciencia de toda la sociedad en relación con uno de los períodos más dolorosos de la historia. A la vez de haber posibilitado el encuentro de tantas personas con su identidad y sus familias. Se ha constituido más allá de las fronteras de nuestra patria en un emblema del compromiso con la justicia y la verdad. Estela es la líder de un camino desandado con una alta voluntad de trabajo, un fuerte compromiso con la verdad y la justicia y un modo de relacionamiento que tiene como eje el respeto por las diferencias.”



Diego Capusotto
Actor, humorista
“Dentro de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela es la figura referente de la búsqueda de justicia ante un hecho tan contundente por lo sanguinario. Lo más destacable es la ética de esa derrota a lo malvado y el hecho de ejercer la lucha siempre desde el plano colectivo. En lo personal, Estela es mi referente ya que me siento muy cercana a ella ideológicamente. El premio es importante para todos por lo que representa y porque es parte de nuestra historia. Bienvenido sea que la lucha por la verdad y la justicia se dé a conocer al mundo. ¡Es nuestro orgullo!”



Martín Sabbatella
Diputado nacional por Nuevo Encuentro
“El premio con el que acaban de ser honradas estas maravillosas luchadoras es un premio a la paz. Y en el caso de las Abuelas eso tiene un sentido mayúsculo, una dimensión nada abstracta. La que construyen estas hermosas mujeres desde hace tres décadas es una paz sin olvido, sin impunidad, sin indultos. Es una paz con memoria, con justicia, con democracia y con verdad. Con identidades recuperadas, con nombres propios que pudieron reconstruir historias propias gracias a una militancia incesante y ejemplar. Este abrazo es a favor de una lucha por la que sentimos orgullo.”




Informe y producción: Deborah Maniowicz

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