martes, 1 de marzo de 2011

"SOMOS UNA BANDA DE KAMIKAZES"


Por Renata Pesci y Ana Guisado

Entrevista: Catupecu Machu
Los hombres de negro más inquietos del rock argentino comenzaron 2011 en Mar del Plata en un show ante más de 20 mil personas. Luego pasaron por Santa Teresita y Pinamar y ahora se presentan en el balneario Las Grutas, en Río Negro.


“Este es el final del año para nosotros. En febrero recién nos tomamos un descanso”, dice Martín Macabre González, tecladista del cuarteto de Villa Luro que desde 1994 viene renovando el rock local, con varios discos y dvd premiados. Junto al batero y percusionista Javier Herrlein, habló del público playero, la improvisación en el escenario, la salud de Gabriel Ruiz Díaz, quien sufrió un grave accidente en el 2006, y la actitud a la hora de experimentar en el estudio.–Los recitales playeros se caracterizan por juntar todo tipo de público, desde el fanático hasta el turista. ¿Cómo se planean esos shows? Macabre González: –A la playa van los seguidores de siempre, los que no van tan seguido, gente del rock, gente con la pava y el mate y hasta abuelos. Nos alucina esa conjunción de tribus. Solemos repasar todos los discos, incluyendo los clásicos de la banda. Es un compacto de nuestra carrera. Cuando tocamos para el fan, en cambio, hacemos temas más raros o no tan conocidos.Javier Herrlein: –La lista la armamos en el camarín antes de salir. Sale de forma muy natural. Nos juntamos los cuatro y todo depende de la noche y la energía de cada uno.M.G.: –Boliche o playa, lo que nunca cambia es el vestuario. Igual, arriba del escenario, con las luces y el movimiento, te cagás de calor en tapado o shortcito.–Catupecu experimenta en el estudio. ¿Qué tanto improvisan en el escenario?J.H.: –Siempre nos dejamos una partecita de juego para lo que salga en el momento. Ahora, por ejemplo, venimos haciendo mucho el tema de los Ramones Blitzkrieg Bop. ¡Y jamás lo ensayamos todos juntos!M.G.: –Hay un gran porcentaje de improvisación y un gran porcentaje de armado. Nos gusta mucho planear los shows en bloques de tres o cuatro temas pegados. Eso implica un orden. Pero también dejamos un margen para divagar e interpretar libremente algunos temas cambiando estructuras y duraciones.–¿Por qué Catupecu no hace bises?J.H.: –No hacemos el chiste inculcado por parte de los grupos de los ’70 o de los ’80: simular que termina el show para después volver al escenario con un par de canciones más. No se lo cree nadie. Preferimos concentrar la energía en tocar las canciones que teníamos planeadas y no cortar el show a la mitad.–A esta altura de su carrera, ¿prefieren el estadio o el estudio?J.H.: –Nos gusta tanto tocar como grabar pero la adrenalina del vivo es incomparable. El estudio tiene algo que nos fascina pero es más introvertido, mucho más personal. Es vivir la película de otro lado, más entre nosotros, más grupal.–Después de hacer la gira más larga de la banda en 2010 y ganar el Gardel a Mejor Álbum de Rock por Simetría de Moebius en 2009, ¿cómo viene 2011?M.G.: –Ahora estamos terminando esa gira de presentación de Simetría de Moebius. Después de los shows de verano, nos tomamos unas vacaciones y luego queremos ir a Puerto Rico, Colombia y México. También faltan Chile y Perú.J.H.: –Y a mitad de año vamos a estar por los Estados Unidos: Nueva York, Miami y Los Angeles.–Habiendo experimentado tantos sonidos, ¿hacia dónde van en el próximo disco?J.H.: –Cada instrumento nos propone cosas diferentes. Hay unos 15 demos grabados. Son ideas o zapadas que después, quizás, terminan siendo un tema. Los grabamos espontáneamente y más adelante se sacan para empezamos a elegir.M.G.: –El rumbo del sonido se va dibujando mientras estamos grabando el disco. Eso sí, los temas vienen bastante fuertes, al mango, y con bastantes más guitarras eléctricas que el disco anterior.–¿Les pasa por la cabeza si lo que grabarán le gustará al público?M.G.: –Para nada. ¡En ese sentido somos kamikazes! Puede sonar cliché o demagógico pero realmente no nos importa. Buscamos que lo que salga a flote sea el ego de la canción y no el nuestro. No pensamos en las ventas. Con errores y aciertos, tratamos de que la canción salga a flote por sí sola.J.H.: –Cuando uno construye algo lo hace inocente e inconscientemente. Uno no mide hasta dónde puede llegar esa canción o hasta dónde puede llegar ese disco. Ni a cuánta gente le puede llegar a gustar o a cuánta gente no. La composición es una expresión mucho más natural.–¿Cómo surgió el cover de Manuel Santillán, El León en la segunda parte del tributo a los Cadillacs Vos sabés ... Cómo te esperaba!?M.G.: –En reuniones informales le pidieron a Fer (Fernando Ruiz Díaz, cantante de la banda) si quería grabar una canción. La idea fue creciendo y la versión a capella original con guitarra criolla se convirtió en una versión con banda. Y hasta hicimos el video, donde aparece Martín Coggi, el hijo del Látigo. Los Cadillacs son una de las bandas más grandes del rock nacional, tienen canciones hermosas. Están a la altura de Sumo, Soda y Los Redondos.Claro que éste no es el único tributo en el que aparecerá Catupecu Machu por estos días. En 2002, la banda de Fernando Ruiz Díaz grabó la canción Hechizo, de Héroes del Silencio, para el disco Cuadros dentro de cuadro. “Era un tema bastante perdido de los Héroes que venía rebotando en la familia Catupecu”, recuerda Macabre. Ese cover, remezclado y con el agregado de algunas guitarras y teclados, estará incluido en Hechizo, el doble cd tributo al legendario grupo español y a Enrique Bunbury, con la participación de Andrés Calamaro, Aterciopelados, Ximena Sariñana y muchos más.–2011 es un año electoral, ¿cómo ven la política y el futuro del país?M.G.: –Nuestra posición es apolítica: no nos gusta la política. Ninguno tiene una ideología política marcada. El cambio en el mundo no viene por un hombre con poder sino desde el amor, la música y el arte, como decía John Lennon. A la gente hay que darle amor, más allá de la ideología. Para cambiar el mundo lo básico es que los chicos tengan amor desde el núcleo y una cultura que les permita desarrollar sus propias ideas.J.H.: –Lo principal es que la política tenga en cuenta a las personas y al pueblo. Si uno o más políticos quieren hacer las cosas bien, se puede sacar adelante un país. Si se pone un poco de garra desde todos los ámbitos políticos, inclusive desde la oposición, el país puede resurgir. Va a llevar años, pero se puede.–¿Se vincularían explícitamente con la política a partir de su música?J.H.: –Hay muchas bandas que mueven la política desde su música. Con la música podés mover muchísimas cosas, política, amor, sentimientos. La verdad es que, en ese sentido, el poder de la música es inmenso, realmente es una manera de expresión, así que por qué no va a ser posible expresar tal o cual cosa.–¿Cómo es el estado de salud de Gabriel Ruiz Díaz?J.H.: –No ha variado en los últimos meses. Está bastante estable de salud, no hay demasiados altibajos. Eso es una tranquilidad y una esperanza para aguardar con más paciencia y con más energía. No vemos la hora de que se recupere.

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