martes, 7 de diciembre de 2010

"EL ENORME PODER QUE EL HOMBRE HA VENIDO ACTUALIZANDO, AMENAZA CON DESTRUIRLO"


Carlos Martínez-Bouquet junto a Pavlovsky y Rojas Bermúdez fundó en 1963 la Asociación Argentina de Psicodrama. También trabaja en tanatología, para la atención de pacientes terminales y sus familias, y en la investigación de los procesos creativos.


Por Marcela Stieben

Es temprano en la mañana y el doctor Carlos Martínez-Bouquet nos espera con un cafecito en su consultorio de la calle Güemes, en lo que suele llamarse Villa Freud, en pleno Palermo. En las bibliotecas vemos libros suyos y de los autores más variados (muchos en idioma original), siete sillas, artesanías latinoamericanas, gigantescos almohadones para meditaciones y algunas terapias, cálidas lámparas, macetas con flores en el balconcito y su notebook en el escritorio. Carlos Martínez-Bouquet es un hombre sencillo con mirada de sabio y unos cuantos títulos en su haber. Tiene el gran don de poder combinar en dosis exactas lo académico con la ternura, su sabiduría con la capacidad de misericordia y comprensión, lo textual con la improvisación. Martínez-Bouquet está casado y tiene hijos y nietos viviendo en Argentina e hijos y nietos viviendo en España, a quienes visita una o dos veces por año junto a Cristina, su esposa. Va y viene por las provincias y por el mundo dando talleres y clases como quien hace una simple caminata vespertina. Cuando nos encontramos para la entrevista acababa de regresar de Colombia con su esposa y está a punto de partir a Barcelona para dar talleres y visitar a los hijos y nietos que viven allá.


–Temo que me diga que tiene 200 años con tantos títulos, posgrados, roles, cargos... amén de los idiomas que habla, los libros publicados y los miles de viajes por el mundo hechos y los que sigue realizando...


–Tengo apenas 25 años (risas).


–Quizá tenga más vitalidad que muchos jóvenes de 25 años, pero su DNI ¿cuántos años de vida acusa?


–Cumplo años el Día de la Primavera y del Estudiante. Así que el 21 de septiembre de 2010 he cumplido apenas 83 años.


–¿Cuáles son las teorías que está desarrollando desde la técnica del psicodrama?


–Soy autor de la “Teoría de la Escena”, destinada al estudio de los fenómenos dramáticos. Con el tiempo ha derivado de ella la utilización de las dramatizaciones en la metodología de la investigación, una “Teoría de la Creatividad” y un abordaje diagnóstico y terapéutico de Psicodrama de Pareja. Hoy, continúo investigando sobre dramatización simbólica de órganos, una técnica para el tratamiento de afecciones psicosomáticas; axioterapia, un enfoque terapéutico de los trastornos éticos; poder y racionalidad en las relaciones del poder con el pensamiento conceptual y, finalmente, la exploración de las posibilidades y beneficios de equipos interdisciplinarios de tratamiento en psicoterapia.


–¿Qué es la nueva tanatología?


–La tanatología es la ciencia que se ocupa de la muerte. Y la nueva tanatología, en especial, se ocupa de la persona que va a morir, de sus allegados y del equipo de tanatólogos.


–¿Cómo podemos definir qué es ocuparse y acompañar a la persona que va a morir?


–Así como hay tres destinatarios de la atención, hay básicamente tres niveles a los que hay que atender. La morfina endovenosa, en dosis moderadas, puede calmar dolores insoportables de enfermos con cáncer terminal, por ejemplo. Eso sería atención del cuerpo y la atención de la psique es que la persona pueda reconocer la importancia que tiene para él ver al hermano que hace tiempo no ve, o algo así. El equipo de tanatología, que está conformado por médicos, enfermeras, psicólogos, ayudantes... los ayudantes pueden ir a contactar con el hijo que vive en tal lado para que sepa que su padre está muriendo y pueda hacerse un viaje para despedirse. Pero, además, también se integra a los sacerdotes de las distintas religiones, según el paciente...


–¿Y si la familia no puede hacerse cargo o si, directamente, el enfermo no tiene familiares?


–En algunos lugares hay pequeños hospitales, llamados hospice, para pacientes terminales, donde hay personal especializado para atender el aspecto corporal, emocional y espiritual. Siempre es importante que haya un cierto “cubrimiento” afectivo para no ser invasor ni ser frío y distante. Para acompañar a un paciente terminal hay que estar disponible pero a la distancia que esa persona necesita. También hay que controlar para que tome los medicamentos y ayudarlo en la higiene y alimentación. Hospice, del latín hospicium (y de la misma raíz lingüística que el término hospitalidad), era el lugar donde, en los primeros siglos del cristianismo, los enfermos y peregrinos eran asistidos. De esta antigua idea del Hospice surge el concepto de cuidado Hospice. A principio del siglo XIX, las Hermanas Irlandesas de la Caridad abren en Dublín el primer Hospice dedicado específicamente a enfermos en fase terminal. Y en 1965, en Londres, el St. Joseph’s Hospice, donde Cicely Saunders inició el uso racional de fármacos para mejorar el control de los síntomas físicos de los enfermos, y a valorar la importancia de sus problemas psicológicos, sociales y espirituales. La filosofía práctica del Hospice está sustentada en una certeza profunda: la persona que va a morir sigue siendo una persona viva hasta el final, así debe tratarse: la vida que le quede es de él.


–¿En Argentina existe algún hospice?


–Sé que hay uno en Olivos, Vicente López, en el gran Buenos Aires. Y yo estuve yendo en el año 2009 una vez por mes a Santa Fe, porque en Esperanza se creó un Hospice y me pidieron que yo formase a los médicos para que supieran cómo atender a los pacientes terminales. Creo que en Mendoza hay otro, pero no lo puedo asegurar. En Buenos Aires hay más de uno, en Santa Fe hay otro, y quizás haya muchos más en Argentina.


–¿Qué tareas hace el tanatólogo?


–Puede hacer cosas prácticas como avisar a parientes que no están, ayudar en trámites, pero básicamente es atender: el cuerpo, la psique y el espíritu. La psicología transpersonal es una de las principales enseñanzas que ayudan a atender a pacientes terminales. Una de las preocupaciones frecuentes es el sentido de la vida, se preguntan adónde van a ir, etcétera. Lo importante es que se conecten con las ideas que tienen, no inculcarles las ideas nuestras... A una persona de mucha edad, si tiene nietos, la muerte llega como con un sentido, como algo más leve... y también alguien que ha hecho una buena obra, que es recordado por una buena obra, se alivia en el momento de la muerte... así como si alguien tiene una creencia en particular puede pedir un rito determinado, según su religión. Hay que informar pero no golpear con la información. Lo que muchas veces ocurre es que la persona sabe, inconscientemente, que el familiar se está muriendo, y si se lo ocultan no sirve. Eso es algo que se suele hacer con los niños. Se les esconde que está muriéndose un abuelito, una abuela, y no sirve que se oculte esto porque el niño o niña saben, en su interior, lo que está pasando, ¡y no es bueno que su propia familia le mienta, le oculte esto!


–Algunos de sus hijos viven en España y otros acá en Argentina y tengo entendido que usted está por viajar a Barcelona para estar con su familia pero también para trabajar allá. ¿Qué cursos dará?


–En principio: psicodrama. Yo di origen a la Sociedad de Psicodrama de las Islas Baleares. Y también voy a dar “Terapias regresivas” o lo que se ha dado en llamar: “Regresión a vidas pasadas”. Es encontrar vivencias, que aparecen como vivencias de vidas anteriores, mediante técnicas psicológicas, donde uno puede encontrar, al menos simbólicamente, pero también fácticamente, antecedentes de lo que está pasándole a un paciente. Voy todos los años y a veces dos veces por año y formé un grupo que ahora está asociado a la Asociación de Psicodrama de Baleares. Pero, además, doy algunos otros temas y hay una conferencia en el Ayuntamiento.


–Ha fundado y escrito mucho pero seguramente debe haber algo que aún le falta hacer en su larga trayectoria...


–No he hecho una estructuración global como para poder morirme feliz. Quisiera estructurar en una totalidad comprensible y aceptable para que esto contribuya a ese núcleo de la nueva cultura. Yo he dado muchísimos talleres y no he escrito un libro sobre el tema. Como los talleres son parte teóricos y parte vivenciales yo aprovecho mi conocimiento de la dramática para inventar ejercicios que sirven para inventar ejercicios... eso está en miles de papeles y tengo que hacer una síntesis transmisible de esto y escribir un texto único. En este momento estoy en otras investigaciones como la axioterapia, para crear una disciplina que se ocupe de los valores con el criterio con que las medicinas y la psicoterapia se ocupan de los trastornos emocionales... Es un enfoque terapéutico de las perturbaciones éticas. Del griego axiós: relativo a los valores y therapeía: tratamiento. Se la puede definir como: práctica terapéutica sistemática, en proceso de desarrollo, destinada a ocuparse de los trastornos de la sensibilidad y el comportamiento moral, y de la salud moral.


–¿De qué se ocupa la axioterapia?


–Se ocupa de los valores, de las virtudes y sus trastornos, del nivel de las impulsiones-voliciones, de los ideales, de las vocaciones, del sentido de la vida, de los valores superiores de la convivencia. Hace más de diez años que estoy investigando este tema. Estamos haciendo una clasificación de las distintas inmoralidades como en la medicina se clasifican las distintas patologías... Estudiamos el origen de los trastornos éticos pero no para ser castigados sino con el criterio médico, tendiente a poder curar al paciente que padece estos trastornos...


–¿Y cuál es el principal objetivo de esta investigación?


–El propósito de la investigación encaminada al desarrollo de la axioterapia es contribuir a disminuir los sufrimientos individuales, interpersonales y sociales derivados de trastornos éticos de la sensibilidad y el comportamiento, siguiendo un modelo derivado de las disciplinas y prácticas terapéuticas, y partiendo de los avances de la psicoterapia al incluir la perspectiva transpersonal. Así, posibilitar la creación de un modo sistemático de tratar estos trastornos. Desde “Aluminé” se hizo en el año 1996 una convocatoria a profesionales de varias disciplinas proponiéndoles participar en esta investigación. Y así fue como un grupo de profesionales interesados profundamente en el tema colaboró en ella durante varios años. Hay tres objetivos específicos en esta investigación: 1º) Describir los cuadros axiopatológicos; 2º) Delinear tratamientos específicos y 3º) Someterlos a prueba. La investigación se inició en el año 1996 y continuó hasta el 2002, aproximadamente. La falta de apoyo financiero fue causa de la discontinuidad, que se ha mantenido hasta hoy. Se revisó bibliografía de diferentes fuentes (psicoterapia, filosofía y ética, religiones, justicia, etc.). Después, con los miembros del equipo, se trabajó sobre los valores. Y se obtuvieron las primeras conclusiones.


–¿Por qué considera que es muy importante la axioterapia?


–Porque la humanidad está padeciendo una crisis mayor. Lo evidencian, entre otros síntomas, la desintegración moral de algunos sectores de la población, la desorientación, el maltrato generalizado a que están sometidos los seres humanos, los otros seres vivos y la naturaleza en general; la frecuente insensibilidad ante conductas que transgreden las virtudes fundamentales. El enorme poder que el hombre ha venido actualizando, amenaza con destruirlo a él y a toda la vida terrestre, si sigue siendo utilizado con torpeza, de una manera egoísta y con brutalidad. Pero también puede ser un factor dinamizante que produzca casi una mutación de la especie, llevándola a una cultura superior. Poder y virtudes no pueden ya más estar separados. En la práctica clínica, en las supervisiones de la tarea y, en general, en la comprensión de los fenómenos psicológicos y sociales, se hace evidente la carencia de respuestas nosográficas y terapéuticas sistemáticas que podamos utilizar los psicoterapeutas para aplicar a la gente con trastornos morales menores. Es una necesidad para la que no tenemos una respuesta sistemática. Lo mismo, o peor aún, cuando se trata de trastornos mayores. En la época de los gobiernos militares se presentaba de un modo particular esta dificultad o carencia. Por ejemplo, al querer dar cuenta de la conducta y la personalidad de un individuo que ejercía el poder de un modo arbitrario, egoísta, desaprensivo, dañando y asesinando a mucha gente, solíamos tener expresiones valorativas. Decíamos, tal vez, que fulano era un h. de p. Se trataba de modos en que manifestábamos nuestro repudio, de expresiones emocionales que no surgían de la reflexión desapasionada ni de un afán científico o taxonómico. (Quiero hacer, sin embargo una salvedad: a veces me parece que la división, muy tajante, que solemos reconocer en nuestro país entre las conductas morales de unos y de otros estaría bien expresada con ese término y que, tal vez, sería una descripción eficaz la que lleva a dividir a nuestros compatriotas entre h. de p. y personas decentes). Sin embargo, la expresión misma usada para caracterizar dicha conducta está demasiado cargada de matices valorativos (y sexuales), mientras que lo que necesitamos son expresiones verdaderamente descriptivas, que ubiquen a esas personas dentro del ámbito de una patología moral determinada.


–¿Desde su mirada, como vivenció la muerte de Néstor Kirchner y la salida del pueblo a la calle para rendirle homenaje?


–A mí me parece que es una muestra de lo avanzado que está el pueblo argentino en la introducción de lo emocional en las estructuras de la cultura. Esto, que generalmente es tomado como una cosa negativa, yo pienso que es todo lo contrario. Lo que importa es que no solamente hay ideas, ideales en las manifestaciones, sino que hay sentimientos. Y algo que indica que hay un avance en la cultura, es un comienzo de integración entre lo emocional y lo abstracto, lo discursivo, lo pensable. Esa integración va a llevar mucho tiempo pero es un comienzo promisorio.


–¿Y como ciudadano argentino cómo está viendo los tiempos actuales en nuestro país?


–Una de las cosas que me hicieron ser “kirchnerista” fue cuando Néstor Kirchner hizo bajar la foto de Videla. Que Kirchner haya puesto claramente de un lado a los asesinos y del otro lado a la gente decente, fue algo muy bueno para toda la sociedad. Queda un largo camino por recorrer, lo importante es que vamos bien.


–Yendo a uno de los ejes de sus terapias: usted utiliza con éxito el psicodrama desde hace décadas: ¿qué habilidad especial tiene esta disciplina que no tengan otras?


–Facilita muchísimo la evocación de situaciones pasadas o incluso organiza un pasado muy antiguo que con el psicodrama se puede reproducir algo que le pasó a esta persona cuando era muy chiquita. Pero, además, algo que en el presente está ocurriéndole, puede encontrar una expresión simbólica en la dramatización. Y si uno es suficientemente hábil, en las cosas que el individuo no sabe que están ocurriéndole, se puede inventar una dramatización que va a simbolizar lo que le está pasando.


–Pongamos un ejemplo concreto...


–Dentro y fuera de nosotros hay escenas. No las escenas que puedan ser escritas sino las que puedan ser sentidas. Yo llamo a eso: escenas latentes. ¿Por qué latente? Porque en psicoanálisis se habla de contenido manifiesto y contenido latente. Contenido manifiesto: lo que el paciente dice con palabras. Contenido latente: lo que puede pescar el psicoanalista, que está en el inconsciente de ese paciente. Al teorizar sobre la escena me di cuenta de que todo el tiempo estamos metidos en escenas latentes y que de ahí aparecen conductas. Además, cuando yo le pedía a un paciente o a un grupo que dramatizara algo, lo que quería era que pudieran emerger escenas latentes... Una persona puede tener dificultad para recibirse como universitario, por ejemplo. Yo puedo hacer distintas dramatizaciones. Por ejemplo: que camine por una línea hasta llegar a un punto. Supongamos que la persona debe las últimas dos materias y no las da, evita llegar al título... Esa persona camina por la línea para llegar al punto y ahí le pregunto qué siente. Puede decir que está apurándose para recibirse y que quiere llegar y antes de arribar al punto dice que siente un ahogo, una presión, un miedo... y ahí aparece parte de su historia, el psicodrama posibilita descubrir algo que estaba oculto para ponerlo en palabras. Pueden surgir miedos o la culpa por estar superando al padre que nunca había sido profesional. Y si no resuelve esto quizá nunca se reciba...


–Siguiendo con este caso, tan gráfico: ¿cómo continúa?


–Trabajamos la culpa de esa persona... Yo le pregunto: “¿Vos tenés ganas de recibirte?”. Dice que sí y entonces le pido que lo diga en voz alta, varias veces. Ahí aparece el enemigo interno, en algunos casos surgen situaciones muy difíciles, como en las personas que se lastiman en la cara y en cualquier parte del cuerpo, dejando huellas de esa agresión. El personaje interno sabe por qué lo hace y es algo latente, por eso es importante descubrir lo que está pasando y con la dramatización se evoca todo esto. Generalmente son copias de situaciones interpersonales de cuando uno era chico. Entonces, poder decirle “basta” al enemigo interno, es clave. Tuve algunos pacientes que se lastimaban y que dejaron de hacerlo a partir de estas terapias... El psicodrama da excelentes resultados.


–¿Siempre es uno solo el enemigo interno o pueden ser varios?


–Yo estoy hablando ahora de un enemigo, puede haber más de uno pero generalmente las situaciones conflictivas principales de una persona están organizadas en torno de una escena con un enemigo. Hay también otro personaje que yo llamo: “Fuente interna de cariño”. Siempre hay un trastorno en las depresiones de la conexión entre la fuente interna de cariño de ese personaje y el yo del paciente. Por ejemplo: una persona está haciendo algo bueno y se siente bien porque está haciendo algo, apoyado por esa fuente interna de cariño. En cambio, otra persona hace eso pero el enemigo interno le dice: “Sí, estás haciendo eso pero lo hacés porque sos un interesado” y esa es la culpa que no lo deja disfrutar las cosas buenas que hace... Esto me llevó a hacer teoría sobre el proceso creador. Ahí descubrí cuál es la parte activa de un pintor y cuál es la parte receptiva. El personaje activo que está pintando pone un color en la tela, luego mira. De acuerdo a cómo mire se verá cuál predomina. Si está predominando el enemigo interno puede abortar el proceso creador. Cuando alguien que hace una actividad creativa como la pintura, la escritura, la música u otra, siente internamente que una voz le dice: ¿por qué no te dedicás a hacer otra cosa?, está siendo atacado por el enemigo interno. Si, en cambio, está feliz por el hecho de hacer algo creativo y siente que eso es bueno, es que está recibiendo el beneficio de la fuente interna de cariño. Yo he llegado a preguntarle a una persona que se dedicaba a la arquitectura: “¿Vos tenías una abuela pintora?” y sí la tenía, y yo veía como eso es algo bueno que ese hombre había recibido cuando en su infancia...


–¿Cómo se puede motivar la fuente interna de cariño en un niño o niña en el plano creativo?


–Una de las cosas importantes es no enseñar sólo el aspecto activo, no sólo decirle cómo poner los colores, sino señalar los aspectos positivos de lo que el niño o niña hace, aprender a mirar, disfrutar la parte contemplativa... En casi todos los talleres de creatividad se le presta atención, casi exclusivamente, al factor activo y no se reconoce que hay otro personaje que es receptivo, amoroso, aceptante y que en cierto momento del proceso creador es crítico, pero no crítico destructivo sino que opina: estaría bueno cambiar esto o lo otro. La parte técnica, práctica, activa, se enseña en los talleres, pero hace muchos años que descubrí que esta otra parte no se suele ver en los talleres creativos o en las carreras relacionadas con el arte y la creación.


–¿En qué Universidades dicta cátedra con esta temática en la actualidad?


–En la Facultad de Arquitectura de la UBA soy profesor de “Creatividad”. También en la Universidad Nacional de Córdoba. Doy: “El proceso creador, dificultades y talentos”. Entonces, yo puedo señalar en qué parte del proceso creador hay una dificultad. Doy posgrados sobre esta materia y hago muchísimos talleres en Argentina y en España. Cuando en el proceso creador un docente le dice al alumno: “Esto tendría que ser de tal manera” es como si a un niño o niña de cinco años le dicen: “¿Cómo todavía no sos abogado o médico?”. El que está mal ubicado es el pedagogo. Interrumpen los seis pasos del proceso creador cuando le cortan la libertad...


–¿Cuáles son los seis pasos del proceso creador?


–El primer paso es la inspiración. El segundo paso es el juego libre y sin finalidad formal (tomar la tela y poner colores, por ejemplo). El tercer paso: núcleo de organización de esos colores. Cuarto paso: organización de todos esos núcleos en una totalidad. Todo esto es en un laboratorio o taller. El quinto paso ya está afuera de ese taller y es la exposición de esa obra en la escuela, en un salón o donde sea. Es como el parto, de adentro hacia afuera. Y el último paso, que sólo las obras geniales lo tienen, es el pasaje de la pertenencia de la obra a la humanidad. Si el quinto paso es el parto, el sexto es cuando el niño o niña crece y esa persona ya tiene vida independiente.


–Pongamos, como ejemplo, que Ludwig van Beethoven en la música o William Shakespeare en la dramaturgia y literatura han llegado a ese sexto paso porque sus obras pertenecen a la humanidad...


–Sí. Mantienen el nombre paterno pero son de la humanidad. Si uno mira un cuadro de Picasso dice: “Esto es un Picasso” pero es de la humanidad. Esto es el sexto paso. Surge, a su vez, de la teoría de la escena. La existencia de dos personajes, uno activo y otro receptivo, en el proceso creador, proviene del trabajo realizado sobre la estructura de las escenas.


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