lunes, 14 de junio de 2010

UN 0800 PARA LLAMAR Y NUEVOS PROGRAMAS DE SALUD SEXUAL





En nuestro país se realizan 500 mil abortos anuales, según estimaciones oficiales. Buscan mejorar la prevención.

Este fin de semana asomó por el barrio mediático un tema que siempre está volviendo pero que también siempre se está yendo. El viernes fue el Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, propicio para hacer un nuevo –o el mismo– balance.



El Ministerio de Salud de la Nación llevó a cabo durante todo ese día, en conjunto con la Organización Panamericana (OPS), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) y Unicef, una jornada enfocada en la mortalidad materno-infantil, de la mujer y de la adolescente, comprometiendo objetivos.



La Subsecretaría de Salud Comunitaria de esa cartera informó una reducción del índice de mortalidad materna en la Argentina de 4,4, en el 2007, a 4, en el 2008, por cada 10 mil nacidos vivos. Y la reducción de la mortalidad infantil en el mismo período de 13,3 cada mil nacidos vivos a 12,5. No discriminar por género es atender a las cuestiones propias de la salud, en este caso, que atañen al sexo femenino, pero que no escapan a las responsabilidades del conjunto cultural o sectores con intereses creados. Hace ya un cuarto de siglo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define al bienestar físico y mental como “la capacidad de desarrollar el propio potencial personal y de responder de forma positiva a los retos del ambiente”.



En ese índice nacional del 4 por 10 mil nacidos vivos, están incluidos lugares como Capital Federal, que no llega al 1 (0,9), Santa Cruz, 1,8, o Neuquén, donde la mortalidad materna es del 2,5; como así también, provincias como Jujuy o Formosa, con un 10 y un 11,5, respectivamente.



El subsecretario de Salud Comunitaria de la Nación, Guillermo González Prieto señaló a Miradas al Sur que hay “progresos muy humildes” que se deben más a un “país que mejora lentamente sus estándares de vida y su capacidad de desarrollo que al mejoramiento de sus servicios de salud”. Por esa disconformidad se lanzó el Plan Operativo para reducir los índices con metas al 2011. “La cultura es la clave”, agrega el funcionario. Pasando a otro plano donde aspectos socioculturales y la salud de la mujer se cruzan, seguimos en el país que ostenta unos 500 mil abortos estimados por año. Casi el 30 por ciento de las muertes maternas de los últimos 10 años fueron a causa de embarazos interrumpidos, porcentaje que este año bajó al 20. Sus complicaciones causan “el 40 por ciento de los decesos de mujeres de 20 a 29 años y el 31, de las menores de 20”, elevándose a un 45 por ciento entre las que no cumplieron los 15 años, según un informe del Cefiec (Centro de Formación e Investigación en Enseñanza de las Ciencias de la UBA). El trabajo asegura que “el registro no oficial indica que todos los días alrededor de 350 mujeres deciden no seguir con su embarazo” y subraya la urgencia por generar “mecanismos de intervención social eficaces”.


Una voz en el teléfono. En la misma sintonía, también ese día el Ministerio inauguró una línea gratuita a todo el país (0-800-222-3444) de consultas de salud sexual y reproductiva. A pesar de la oposición de poderosos sectores al aborto legal o a la educación sexual, González Prieto asegura no haber tenido “ninguna resistencia” con la iniciativa. “Incluso el ministro Juan Manzur que es una persona muy religiosa, nunca nos dijo ni a en ese sentido. Siempre nos dejó hacer. Las únicas resistencias las tenemos nosotros mismos, que nos cuesta priorizar y que, para poner en marcha un 0800 hay que hacer 10 millones de cosas. El Estado es muy burocrático para eso, la limitante más grande está en la cabeza de los dirigentes.” El subsecretario destaca que: “La persona que llama tiene que saber que no hay posibilidad de que alguien se entere si dijo ‘soy lesbiana’ o ‘tengo sífilis’. Es importante para nosotros tener esa información, pero no el apellido”.



Esto se suma al plan de trabajo conjunto con cada una de las provincias y sus realidades, en el que se pactan las metas directamente con los gobernadores, porque “tiene que haber compromiso político” y se las asiste técnicamente, se trabaja en el terreno, con capacitación en servicio, con herramientas y equipamiento. “Hay provincias que nos dicen ‘no nos manden más nada porque no necesitamos más nada’. Lo que hace falta es gente. Porque tienen atomizado los servicios. Eso lleva a que los recursos humanos no alcancen y que además las condiciones de atención sean pésimas.”



González Prieto concuerda con la necesidad de educación sexual y el acceso de la población a la información por la necesidad del cambio cultural, tanto en pacientes como en profesionales. “Un adolescente no puede ser atendido si no va con sus padres, cuando varias leyes ya contemplan que tienen derecho a recibir atención médica aún cuando no vaya acompañado.” La necesidad educativa sexual, también está en el trabajo del Cefiec que reveló la persistencia de mitos sexuales entre adolescentes, del tipo de creer que compartir una pileta provocaría un embarazo o el método anticonceptivo basado en orinar antes o después de tener relaciones.
Esperemos que el tema de una vez se quede.








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