jueves, 18 de febrero de 2010

LOS NÚMEROS MENTIROSOS


Por Carlos del Frade

Decía el viejo Pitágoras que los números muestran la esencia del universo y la vida cotidiana de los pueblos.

Mucho más tarde y mucho más acá en la geografía, Raúl Scalabrini Ortiz sostenía que “los números son las vísceras de la sociedad”.

Y que cuando se mienten en los números, se miente en la política.

La información fue contundente: la inflación fue del uno por ciento.

Eso dice el dibujo oficial del otrora prestigioso Instituto Nacional de Estadísticas y Censo. En enero del año del bicentenario, las cosas –según consigna este subgénero rantifuso del realismo mágico- aumentaron una centésima parte de su valor anterior.

El precio de la leche, el pan y la carne, casi la trilogía de la identidad alimentaria de los argentinos, tuvo un creamiento que orilló el cuarenta por ciento.

Sin embargo, desde el gobierno nacional los números imponen que los costos apenas escalaron un uno por ciento.

Una descomunal mentira.

Una descomunal mentira que tiene sus consecuencias en otros números. Por ejemplo el cacareado aumento de las jubilaciones.

Esos 68 pesos de incremento a más de cinco millones y medio de jubilados equivalen a dos pesos, diez centavos más por día. ¿Dónde está el “gran” beneficio? ¿Qué medicamento puede comprarse con dos pesos diez centavos más por día? ¿Cuántos kilos de pan, cuántos litros de leche y cuántos kilos de carne puede comprarse un jubilado con ese aumento? Y en forma paralela, los propios fondos de los jubilados, los que están en la gran caja de la ANSES, han servido para darle un crédito a la General Motors de 70 millones de dólares.

Una descomunal mentira.

De allí que los propios trabajadores del INDEC hayan producido un acto en defensa del organismo y en contra de la intervención que lleva ya tres años y que es la responsable de los números mentirosos que susurran la supuesta inflación que pesa en la vida cotidiana de las mayorías argentinas.

-En la justicia se ha demostrado que las cifras hoy son manipuladas. Pero ahora el juez se ha tomado un extraño tiempo más que prudencial para saber si esa manipulación constituye un delito o no. Y para nosotros es un delito porque las estadísticas constituyen un bien público- dijo Cintia Pok, ex directora de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC y delegada de los trabajadores afiliados a ATE.

La mujer mantiene su puesto pero nadie usa su trabajo serio, riguroso y científico. Ella se siente una “desaparecida institucional” y sin embargo, a pesar de las presiones de la intervención, continúa tratando de difundir la realidad que no conviene al oficialismo.

Entonces, los números mentirosos, las cifras hijas del rantifuso realismo mágico del INDEC, juegan a favor de los poderosos.

Sin números reales, el costo de vida hace que las discusiones salariales siempre salgan a favor de los empresarios, de los patrones y no de acuerdo a las necesidades de los que producen.

Los números mentirosos son la base de otras mentiras, todas aquellas que sirven para ocultar una política que se dice a favor de los que son más cuando, en realidad, está en su contra.

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