jueves, 10 de septiembre de 2009

MANOS PARADAS, PUÑOS ALZADOS


Boudou pidió "parar un poco la mano" con la inflación.Desde la reunión de ministros del G20 en Londres, se quejó de que "se agita demasiado, permanentemente, el tema". Y sostuvo que "no hay ningún motivo" para un recalentamiento de los precios.El ministro de Economía, Amado Boudou, lamentó hoy que "se agita demasiado permanentemente el tema" de la inflación, y pidió "parar un poco la mano" con eso y "ver cómo Argentina sorteó la crisis" económica mundial."Pareciera que siempre miramos el vaso medio vacío", se quejó Boudou, quien recomendó a los consumidores "caminar y buscar" porque aseguró que hay "mucha variación de precios para el mismo producto".El ministro, en diálogo con radio La Red desde Londres, donde participa de la reunión del G-20, afirmó sin embargo que "en este momento no hay ningún motivo que pueda explicar" un aumento de precios como el que se habría registrado en agosto pasado. La mención vino a cuento de una información publicada por el diario La Nación que habla de un recalentamiento de la inflación el mes pasado, de más de 1 por ciento a nivel general."No hay que agitar. La economía es la ciencia de la escasez, y hay que ir cuidando siempre todos los detalles y viendo qué medidas hay que ir tomando", indicó Boudou, quien sostuvo que "hay que parar un poco la mano; siempre (están) agitando el tema y no ven el sorteo de la crisis". (Diario Clarín 05/09/09)De acuerdo con un estudio del Instituto Argentino para el Desarrollo de las Economías Regionales (IADER), el 46,9 % de los correntinos vive bajo la línea de pobreza. En los últimos veinte años, la provincia pasó del octavo al cuarto lugar con los indicadores socioeconómicos más bajos del país, sólo superada por el Chaco en la región noreste. “Los datos que surgen de los registros realizados por los centros de salud de la provincia hablan de un 40% por ciento de niños entre uno y cinco años con déficit de peso”, asegura el ex viceministro de Salud Julián Dindart.La asistencia alimentaria llega a través de una empresa sanjuanina denominada Teknofood S.A. que el año pasado ganó una licitación por 201 millones de pesos para abastecer de “comidas industrializadas fortificadas, copas de leche y refrigerios”, durante tres años, a los comedores provinciales.(Diario Crítica de la Argentina 30/08/09).


- Quizá por efecto del denominado “síndrome del nombre propio” nuestro ministro de economía sugiere impedir que los precios se recalienten. Lo que no implica que los ciudadanos se recalienten con los precios, pero eso no es tema de la economía. O sea: la gente no entiende nada. Quizá haya que volver a colgar el cuadrito de la sentencia inolvidable: “estamos mal pero vamos bien”. Con el agregado de: “no estaremos bien, pero siempre se puede estar peor”. Es cierto que desde una reunión de G20, la vida se debe ver y sentir distinta. No hay mayor distancia que la distancia de clase. ¿Qué tiene que ver el padecimiento cotidiano de un viaje en tren, una visita al supel melcado chino, o el pago de las divinas expensas, con el horizonte grato que pinta el gran capital a sus diligentes gerentes? Ni siquiera poco: en verdad, nada. Las afirmaciones del Amado se inscriben en una grieta inmensa, que por democrática no deja de ser letal. Los representantes y los representados viven en planetas diferentes. Planeta de privilegios, que no solamente son las jubilaciones. Planeta de todas las carencias, y no solamente de alimentos. Cada dos años, estos planetas chocan y algunos llaman a esto “elecciones”. Pero las órbitas se separan nuevamente, con la misma rapidez que un boca de urna. Que es algo así como el sexo oral de la democracia. Ahora bien: como orbitar solo es aburrido y no es bueno que el demócrata esté solo, es necesario ver los diferentes panoramas bajo el puente y sentenciar como pensador, al menos con la actitud del pensador de la estatua, que une claramente pensamiento y constipación. En este caso, del Amado, constipación mental. Decir que la economía es la ciencia de la escasez, puede ser correcto, al menos en la acepción clásica, pero debería agregar, por pudor republicano, la ciencia de la escasez de los otros. Porque para los Unos, únicos beneficiados del Planeta Privilegio, es la ciencia de la abundancia. El denominado “síndrome del enriquecimiento ilícito” que siempre se acompaña del “síndrome del empobrecimiento lícito” en el Planeta Carencia. Así, nuestro Amado recomienda “caminar y buscar”, porque después de todo no hay un lear jet para todos.


Cuestión de lógicas planetarias: mientras algunos caminan para buscar y no encuentran, otros vuelan para encontrar, y no buscan. Algún constipado mental dirá que la democracia es imperfecta. Craso error de astronomía política. La democracia es una maquinaria perfecta porque con la legalidad siembra ilegitimidad. Por si mi Amado no entiende: hasta hace poco no había delito de violación en el matrimonio. El débito conyugal obligaba a la sumisa esposa a responder a las demandas de su lobo feroz. Si reemplazamos (sorteamos en la jerga del ministro amado) democracia por estado de derecho, observamos como violaciones elementales a los derechos humanos son pensados desde otros paradigmas. Por ejemplo: ciencia de la escasez. Como si el marido recalentado (no por los precios, al menos en este caso) le dijera a su dulce esposa: “ante la escasez de amantes, voy a violarte”. Como el matrimonio sacramental no tiene que validarse cada dos años en las urnas, los recursos encubridores no son tan necesarios. En cuanto a la súplica de “parar la mano”, me hizo recordar a una tía soltera, obsesionada con la masturbación de los sobrinos. “Parar la Mano”.


“El silencio es salud” “¿Sabe donde está su Ministro ahora?”. Acá al amado se le escapó la tortuga, y lamentablemente la tortuga cabeceó al gol. Parar la mano es, lisa y sencillamente, censura. Porque lo que se quiere parar no es la mano ni el dedo de dios, sino el pensamiento crítico. El amado pide que no se vea el vaso medio vacío. La cuestión no es el vaso medio vacío o medio lleno, sino que la verdadera cuestión es si se está vaciando o se está llenando.


Aclaro un poco, por si el Amado no entiende, dado su culto a la escasez. Si el vaso está vacío pero se está llenado, la tierra será del que la trabaja. Pero si el vaso está lleno pero se está vaciando, heredarás el viento. Es evidente que para los casi 50% de correntinos que viven debajo de la línea de pobreza (yo diría más bien franja que línea, pero sabemos que es lindo pensar que uno puede estar con una pata en el barro y la otra en el asfalto) el vaso ni siquiera está vacío. Está agujereado. ¿Cómo harán estos hambrientos de vida digna para parar la mano? Y luego, si lo logran, parar su estómago, parar su desesperación por los hijos destruidos, parar la culpa que el sistema les inyecta para paralizarlos y anestesiar su bronca, parar su dolor infinito ante tanta tortura cotidiana? Pero desde el Planeta Privilegio aparece la solución made in lanús. La Teknofood se encargará de dar de comer a los habitantes del Planeta Carencia.


Ahora al sistema gerenciador de miserias ajenas se le cae la última máscara. La pobreza, la miseria, además es el gran negocio de las empresas que ganan licitaciones para repetir la historia de los maderos de san juan que a los que piden queso les dan hueso y, naturalmente, cortarán sus pescuezos. La Teknofood es una infamia que muestra otra infamia. En los hoteles 5 estrellas donde todos los amados celebran sus saqueos, no se aceptan los envíos alimentarios de la Teknofood. Por el contrario: es posible que brinden con la última conquista del Planeta Privilegio: La “crevasse glaciar water”. Agua de deshielo de los glaciares patagónicos.


“Waters of Patagonia” ofrece además aguas de distintas capas de glaciares. Ahora entiendo por qué se vetó la ley de Protección de los Glaciares, y se promulgó la Ley de Protección de las Mineras. Para el Planeta Carencia agua contaminada, también conocida como “crevasse merde water”. ¿A eso llama el amado sortear la crisis? El Estado de Derecho más no de Justicia, la Democracia de la Restitución más no de la Representación, logra naturalizar las franjas entre privilegio y carencia como si fueran líneas. No es neutral. La línea acerca. La franja aleja. Por eso el milagro profano de que carnívoros y herbívoros sigan apostando al mismo modelo predador, es algo que necesita de que todos “paremos la mano”. Lamento defraudar al amado ministro. No solo la mano no va a parar, sino que más temprano que tarde, cuando sea de sentido común que no se combate a la derecha con derecha, esa mano que no quiere parar, irá dando paso a puños alzados. Y que ya no habrá consumidores obligados a caminar y buscar, porque nuevamente serán pueblo unido que marchará y luchará. ¿Y sabe una cosa, mi no amado ministro? No parece lo mismo, porque no tiene nada de igual.

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