domingo, 26 de abril de 2009

ANIVERSARIO DEL ASESINATO DE MONSEÑOR GERARDI


Siempre han creído, equivocadamente, que rompiendo nuestros frágiles cuerpos, pueden acabar con nuestro caudal de vida y esperanza. No se imaginan, ni creen en el misterio de la resurrección, centro de la fe cristiana. Monseñor Juan Gerardi, como Jesús, fue roto en pedazos y su rostro desfigurado, pero esta no es la última Palabra, su vida resucitada, vencerá la muerte; y su amor incondicional, sumado al amor de miles de guatemaltecos, y al amor de millones de latinoamericanos, amantes de la vida, el odio derribará, poniendo en su lugar una sociedad plena de justicia y equidad.



Alli, en Guatemala son muchos los que unánimemente han señalado a los militares, revestidos de escuadrones de la muerte, de tan nefasto homicidio contra quien dedicó su vida a los mas pobres e indígenas.



Monseñor Juan Gerardi nació en Guatemala el 27 de diciembre de 1922. Fue ordenado sacerdote el 21 de diciembre de 1946. Fue consagrado como Obispo de Vera Paz el 30 de julio de 1967, donde desarrolló su trabajo misionero al servicio especialmente de los indígenas.
Trasladado a Santa Cruz del Quiché el 22 de agosto de 1974. Después de haber realizado una importante labor evangelizadora en medio de situaciones de conflicto armado, en que muchos catequistas y sacerdotes fueron asesinados, y ante la gravedad de las continuas amenazas, tuvo que refugiarse en Ciudad de Guatemala.
Siendo presidente de la Conferencia Episcopal, las autoridades le negaron el ingreso al país y tuvo que permanecer en el exilio durante dos años, hasta 1984. A principios de los años 90 fue delegado por la Conferencia Episcopal para acompañar el proceso de paz.


Monseñor Gerardi: defensor de los derechos humanos


Como Obispo Auxiliar de Guatemala fundó y presidió hasta su muerte la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado. Su última gran obra "Guatemala: nunca más", fue un gigantesco esfuerzo eclesial por devolver la palabra y la dignidad a las víctimas y a sus familiares; y por reconstruir la solidaridad y la fraternidad en el pueblo guatemalteco.

El 20 de octubre de 1994 los obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala-CEG, decidieron avalar esta iniciativa presentada por la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala-ODHAG, para llevar a cabo un proyecto interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica-REMHI, como una contribución de la Iglesia Católica a la reconstrucción humana de las familias y comunidades afectadas por el conflicto armado.



El Informe final: un servicio a la sociedad y a las víctimas


Monseñor Juan Gerardi fue muy explícito en afirmar que «el informe tiene una intención pastoral, como servicio de la Iglesia a la sociedad y a las víctimas, en la línea del respeto a los Derechos Humanos».


Monseñor Gerardi: mártir de los derechos humanos


La vida de Monseñor Gerardi fue una entrega permanente a la defensa y promoción de los derechos humanos con la convicción de que la persona es el camino primero y fundamental que la Iglesia debe recorrer en el cumplimiento de la misión que Jesús le encomendó.

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